Un secretario general diplomático y con línea directa con el Gobierno
García Magán eludió ayer con elegancia autocalificarse como conservador o progresista dentro de la Iglesia. Pero para quien quiera situarlo, hay una pista clave: se formó en el seminario de don Marcelo en Toledo. Una cuna sacerdotal y episcopal (22 de aquellos seminaristas han acabado siendo obispos), que se caracteriza, en su mayoría, por su ‘recta doctrina’ y cercanía a todos los últimos pontífices. En una prueba de fidelidad al magisterio y un alarde de memoria, Magán utilizó ayer citas de documentos y discursos de Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto y Francisco para fundamentar sus respuestas a la prensa. Un manifiesto acento eclesial que, sin embargo, no le impide mantener relaciones con miembros del actual Ejecutivo. De su etapa como diplomático al servicio del Vaticano, conserva una buena amistad con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que le permitirá tener una vía directa con el Gobierno. De su etapa en Toledo, también conserva una buena relación con los políticos autonómicos. Ayer, el presidente de Castilla-La Mancha, García-Page, celebraba en Twitter su elección, con la seguridad de que «realizará una magnífica labor en las negociaciones con el Gobierno».