Goleada con reconocimiento real
España abrió su participación en Qatar con su mayor goleada en una Copa del Mundo, que hasta ayer era el 6-1 que endosó a Bulgaria en el último partido de la fase de grupos del Mundial de Estados Unidos 1994. Un partido para la historia que presenció Felipe VI desde el palco del estadio Al Thumama. La selección metió siete a Costa Rica y dejó unos números de escándalo. Al margen del festival anotador, la selección de Luis Enrique tuvo un 71% de posesión por el 18% de los ‘ticos’ –la FIFA deja el 11% restante «en disputa»–. Remató 17 veces, mientras que el combinado entrenado por Luis Fernando Suárez no llegó a hacerlo. Desde 1966 solo existe un precedente como este en un Mundial y el protagonista es el mismo: los costarricenses ante Brasil en 1990.
Los hombres de Luis Enrique se divirtieron en el estadio Al Thumama, donde además de la segunda goleada más abultada de los últimos 40 años de los Mundiales –solo la supera el 8-0 de Alemania a Arabia Saudí en 2002, y hubo otro 7-0, de Portugal a Corea del Norte en 2010– cruzaron la barrera de los 1.000 pases, según datos de la FIFA. Fueron 1.060, de los cuales 998 resultaron completados con éxito. Es decir, una efectividad del 94,1%; la mayor cantidad de entregas en un partido sin prórroga en la Copa del Mundo (1966-2022). Costa Rica dio 231, 166 de ellos buenos.
Al término de la histórica victoria ante Costa Rica, Felipe VI bajó al vestuario para felicitar a España. «En mi vida he acudido a un partido, sobre todo de la selección, con un resultado así. Lo hemos disfrutado, cómo no, como todo el mundo, pero lo mejor, más allá del resultado, es veros jugar, veros jugar ha sido una auténtica gozada», dijo el monarca. «Yo no soy experto, pero no he visto fallo ninguno, ya os dirá el jefe aquí. Empezar así da gusto, aunque queda mucho por delante», añadió.