Atar la sucesión para evitar el cierre
Un estudio evidencia que la mayoría carecen de planes de relevo en «tiempo y forma» y advierte del «peligro» de que sin ellos las «tensiones» aboquen a la desaparición
Una amplia mayoría de las empresas familiares de Castilla y León son de primera o segunda generación y se espera que en los próximos cinco o diez años se tengan que enfrentar al relevo. Sin embargo, ocho de cada diez carecen de planes en esta dirección, de protocolos que pongan negro sobre blanco cómo será esa transición. Una situación que podría poner en «peligro» su continuidad.
Así lo advierten desde Empresa Familiar en Castilla y León (EFCL) tras conocer los resultados de un informe que realiza una mapa sobre la «caracterización» de estos negocios, que suponen el noventa por ciento del tejido productivo autonómico. Entre los distintos aspectos que se extraen del mismo, destaca esa carencia de mecanismos para acometer un cambio de manos «en tiempo y forma» y «evitar problemas internos», ya que las «tensiones» al respecto en el seno de la familia pueden llecimiento var a la «desaparición de la empresa por ese motivo». De hecho, sólo un quince por ciento llega a dar relevo a una tercera generación y el 33 por ciento, a la segunda. Por ello, plantean medidas de asistencia y acciones informativas, tanto desde EFCL como por parte de las administraciones, para evitar ese desenlace de fin de la actividad económica.
Ganar en tamaño
Ayudar a que el relevo no fracase es, así, uno de los principales retos que se marcan desde la agrupación, que también anota entre sus deberes el de lograr que las empresas familiares ganen tamaño. Más de la mitad tiene menos de diez trabajadores –entre las ‘no familiares’ la horquilla apunta a entre diez y cincuenta asalariados– y esa dimensión reduce su «competitividad» en aspectos como la gestión de compras o financiera. A este respecto, el director de EFCL, Eduardo Estévez, apunta a que el fomento de la creación de empresas desde las instituciones públicas debe convivir con otras medidas que apuntalen el mantenimiento de los negocios y procuren su creporque su capacidad de generar empleo «es mayor» entre las compañías ya en rodaje que «en los de nueva» cuña. Condiciones de crédito más ventajosas y potenciar la citada sucesión serían algunas de las herramientas que podrían contribuir en esta dirección, señala, para destacar también la necesidad de hacer una mayor difusión de las ventajas fiscales en la Comunidad, que el 68 por ciento de los encuestados dice desconocer.
Son las principales conclusiones que se extraen del informe ‘Caracterización de la empresa familiar de Castilla y León’, elaborado con el patrocinio y colaboración de ARPA Abogados Consultores, que teje la radiografía de esos negocios, que representan el 66 por ciento del PIB autonómico y generan el 73 por ciento del empleo del sector privado. Entre otros aspectos, el estudio, basado en medio millar de entrevistas, recoge que la mayoría acumula entre 11 y 24 años de antigüedad más longevas que el resto de compañías– y lo que «más les preocupa» es garantizar la supervivencia de la empresa y mantener el empleo.
Por último, incide el estudio en que la facturación es más baja en la empresa familiar que en las otras compañías, siendo menos habitual que pertenezcan a un grupo. Lo más común es que los propietarios tengan una participación del cien por cien del negocio y en un 83 por ciento de los casos los miembros de la familia tienen las riendas de los todos los puestos de dirección.
SÓLO UN QUINCE POR CIENTO DE ESTAS SOCIEDADES LLEGA A TERCERA GENERACIÓN Y UN TERCIO, A SEGUNDA