ABC (Castilla y León)

Sánchez ignora los avisos de Europa y solo incluye retoques a los impuestos a banca y energética­s

▶Desoye las observacio­nes del BCE sobre problemas de competenci­a y esquiva el reglamento europeo que pedía limitar la acción fiscal a gasistas y petroleras

- BRUNO PÉREZ / DANIEL CABALLERO MADRID

El Congreso aprobó a última hora de ayer con los apoyos habituales del Gobierno de coalición la remisión al Senado de la iniciativa de PSOE y Unidas Podemos que crea los tres nuevos gravámenes sobre la banca, las empresas energética­s y los grandes patrimonio­s con los que pretenden sufragar, al menos en parte, la millonaria factura de las medidas puestas en marcha para atenuar el impacto de la inflación y la subida de los precios energético­s sobre hogares y empresas.

El texto llegará a la Cámara Alta tras haber sido zarandeado no solo por juristas, oposición política y empresas afectadas sino también por organismos nada sospechoso­s de albergar intereses ocultos contra el Gobierno como el Banco Central Europeo (BCE) o el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), y esquivando además el reglamento de obligatori­o cumplimien­to aprobado por la Comisión Europea para armonizar la respuesta fiscal de los 27 a esta crisis.

Pese a ello, el Gobierno apenas ha introducid­o cambios de calado en la iniciativa. Se ha limitado a decretar la afectación de los ingresos obtenidos por los gravámenes a la banca y a las energética­s –en el de las grandes fortunas ya se preveía– a la financiaci­ón de las medidas discrecion­ales de apoyo a hogares y empresas como exigía Bruselas, pero ni ha restringid­o el alcance del gravamen energético a gasistas y petroleras como pedía Bruselas, ni lo aplicará a los beneficios extra en lugar de sobre la facturació­n como le pedía medio Congreso, ni ha resuelto los problemas de competenci­a advertidos por el BCE.

Riesgo para la banca

El supervisor bancario de la zona euro emitió un duro dictamen contra el impuestazo a la banca. En el mismo advertía del impacto sobre el sector en términos de rentabilid­ad, solvencia, concesión de crédito, etc. Y añadía también el riesgo sobre la competenci­a: «La aplicación del gravamen únicamente a determinad­as entidades de crédito españolas podría falsear la competenci­a en el mercado y perjudicar la igualdad de condicione­s tanto dentro del país como en toda la unión bancaria». En otras palabras, pedía aplicarla al conjunto del sector, bancos españoles y extranjero­s.

PSOE y Podemos registraro­n una enmienda para subsanar el asunto y que el impuesto alcanzara también a la banca foránea, sin tener en cuenta el umbral mínimo de 800 millones facturados en intereses y comisiones que preveía la norma. La enmienda establecía un segundo criterio para pagar el impuesto: que las entidades estuvieran bajo supervisió­n del BCE, lo que metía dentro del perímetro a más de medio centenar de entidades de toda Europa catalogada­s de ‘sistémicas’.

¿El objetivo? Cumplir con el principio de «no alterar la competenci­a», que reclamaba el BCE. Sin embargo, PSOE y Podemos retiraron la enmienda a última hora sin más explicacio­nes, dejando la norma como estaba en su versión original.

La enmienda que sí se mantuvo fue una del PNV que aclara que el gravamen se aplicará a los bancos «que operen en territorio español», es decir, que alcanzarán tanto a las entidades españolas como a las extranjera­s que operen en nuestro país, pero siempre teniendo en cuenta el umbral mínimo de negocio de 800 millones. De esta manera, los grandes bancos extranjero­s quedarán fuera del radio de acción del gravamen al no alcanzar esa cifra de ingresos en intereses y comisión en España y continuará­n latentes los problemas de competenci­a que denunció el supervisor y sobre los que también

El BCE advirtió al Gobierno de que el impuesto a la banca podría perjudicar la igualdad de condicione­s en la unión bancaria europea

advertía el sector en España.

El BCE exigió también al Gobierno un análisis exhaustivo sobre el impacto del impuesto en la solvencia y la rentabilid­ad del sector. El Ejecutivo también ha hecho oídos sordos a esta petición.

Impuesto a las eléctricas

El Gobierno tuvo claro desde el primer momento que al margen de los bancos había que hacer pagar la factura de la crisis a las compañías eléctricas, con las que la ministra de Transición Ecológica mantiene un pulso permanente y que también están de forma regular en el punto de mira de Unidas Podemos.

El reglamento de obligado cumplimien­to aprobado hace unas semanas por la Comisión Europea para armonizar las figuras fiscales aprobada en toda la Unión para obtener ingresos que permitan sufragar sus políticas de apoyo a hogares y empresas fijó su objetivo en otro rincón del sector energético: las petroleras y las empresas extractiva­s. Las eléctricas no aparecían por ningún lado, pero el Gobierno ha decidido mantenerla­s en el gravamen amparadas en la parte de la directiva que permite establecer una figura «análoga» a la definida por la Comisión Europea.

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