Gol por la escuadra a los ayatolás
La selección de fútbol de Irán fue ayer más disciplinada que en su debut mundialista e interpretó a viva voz el himno nacional de su país, sin los silencios de protesta de su primer partido. En un gesto inédito, los jugadores desafiaron entonces al régimen de los ayatolás a través de una denuncia muda contra la represión que
Teherán ejerce sobre quienes desde el pasado septiembre se manifiestan por la muerte de Mahsa Amin. Luego vino la victoria sobre Gales (0-2) y, a continuación, la celebración callejera en las calles de la capital. Centenares de jóvenes festejaron el triunfo del equipo nacional sin cubrirse la cabeza con el velo reglamentario. Lo hicieron ante las Fuerzas de Seguridad desplegadas por la teocracia persa, que se limitaron a ver pasar a los jóvenes, de ambos sexos, liberados de ataduras islamistas y sin miedo a imitar a Mahsa Amin. Formalmente, lo de ayer no era una manifestación, sino una fiesta de carácter patriótico, pero las melenas al viento dejaron en el aire el espíritu de la revuelta.