Arrimadas se atrinchera en plena fractura de Cs: «Esto es insostenible»
Aprovecha la falta de alternativa y logra un modelo favorable a sus tesis tras una votación totalmente dividida
Inés Arrimadas se está convirtiendo en experta en resistir temporales. En otro cónclave decisivo para su futuro, con una parte de su Comité Ejecutivo y la mayoría de su grupo parlamentario levantado en armas contra ella, la líder de Ciudadanos (Cs) sale ilesa del remolino interno que causó la propuesta de un modelo bicéfalo en el que ella esquivaba las primarias previas a la VI Asamblea General, que se celebrará en enero para aterrizar la refundación del partido, y otra figura asumía el peso orgánico. Habrá bicefalia, pero con matices.
La reunión del Comité Ejecutivo, adelantada ayer por este periódico, comenzó al filo de las cuatro de la tarde y se prolongó hasta minutos antes de las diez de la noche. Llevaban dos horas encerrados en la sede de la madrileña calle de Alcalá cuando Francisco
Igea, su mayor rival en la sucesión de Albert Rivera, dio un golpe sobre la mesa y reclamó abordar la madre del cordero: «Hablemos del elefante en la habitación: el liderazgo de Arrimadas».
El malestar hacia Arrimadas, a quien críticos y otrora afines acusaban de utilizar la refundación como tapadera para perpetrarse en el poder, había ido en aumento por una bicefalia que generaba dudas en importantes cargos del partido. La discusión avanzó con algunos momentos más tensos que otros, aunque con un ambiente «sereno» pese a las discrepancias, según la mayoría de las fuentes consultadas por ABC.
Votación de dos modelos
Pasados unos minutos de las nueve de la noche, se produjo una votación entre dos modelos contrapuestos: uno, similar al actual con la salvedad de introducir a un vicepresidente; y otro, el bicéfalo que ya avanzó este periódico en octubre y que oficializó Guillermo Díaz tras una reunión del Comité Permanente del partido. El resultado, «un empate técnico», obligó a unos y otros a acercar posturas. Arrimadas se vio beneficiada de una ausencia de plan B que solemnizó Begoña
Villacís: «Yo no encuentro una alternativa a Inés».
Cinco fuentes distintas presentes en la reunión, que defendían distintas posturas, aseguraron a ABC que se había votado entre dos modelos, recogidos en un documento al que ha tenido acceso este periódico. Fuentes del entorno de Arrimadas, sin embargo, niegan que esto tuviese lugar y aseguran que se acordó el modelo de partido por unanimidad. Según ha podido saber este periódico, mostraron su oposición al planteamiento inicial de la presidenta de Cs: Borja González, Edmundo Bal, José Ramón Bauzá, Miguel Gutiérrez, Carlos Cuadrado, Francisco Igea, Sara Giménez, Mari Carmen Martínez, Ángeles Rosado, Patricia Guasp y Beatriz Pino. Aunque aún hay que terminar de definir la propuesta de consenso, ya se han sentado bases.
Se elimina la figura de presidente y el secretario general pasa a ejercer el control orgánico en exclusiva, con un matiz relevante. La figura que ocupe este puesto no podrá presentarse a unas elecciones ni aspirar a ostentar también el peso de la parte política, que recaerá sobre un portavoz. Fuentes presentes en la reunión consultadas por este diario explican que
Arrimadas, eso sí, deberá presentarse a las primarias previas a la Asamblea General si quiere ocupar ese puesto. No podrá eludirlas hasta las generales. En esas elecciones internas, pues, el candidato a presidente –figura contemplada en los vigentes estatutos– será el futuro portavoz político y el secretario general se encargará de la parte orgánica, «con dedicación plena» al partido y sin aspiraciones electorales.
Victoria de Arrimadas
Numerosos asistentes a la cita interpretan esto como una victoria de Arrimadas, pese a que ella durante el cónclave, en plena confrontación con Igea, señaló a Adrián Vázquez como su candidato preferido a secretario general. Se da la paradoja de que antes ese movimiento se había interpretado como una manera de orillar a Villacís y Bal como posibles rivales atrayéndose a un hipotético rival.
Y es que en el partido se empezaba a especular con una «maniobra» de Vázquez para hacerse con el control pleno del partido, después de haber comprobado que tenía apoyo interno para ocupar la responsabilidad orgánica. Situándolo como la otra parte de la bicefalia, Arrimadas lo eliminaba como su competencia. Pero después, al forzar un consenso con los críticos y eliminarse la posibilidad de que el secretario general sea cargo público –Vázquez es eurodiputado–, se impide que este cargo emplee su poder interno para granjearse apoyos y competir después en primarias con el portavoz político.
Vázquez comió el lunes con Bal y Villacís, en un movimiento que muchos interpretaron como un intento de atraerlos a su lado. Pero según diversas fuentes, existe una incompatibilidad patente entre el portavoz del partido y la vicealcaldesa de Madrid, muy alejados ideológicamente. De hecho, una de sus discrepancias, la posición de Cs en la ‘ley del solo sí es sí’, es la que ha provocado la ruptura entre Arrimadas y su grupo parlamentario, en el que ahora mismo solo cuenta con el apoyo de Guillermo Díaz.
Según ha podido saber este periódico, Bal era partidario de explicar que la ‘ley del solo sí es sí’ tiene aspectos positivos, como poner el foco en el consentimiento de las víctimas de agresiones sexuales, pero que tiene un grave error que hay que corregir y que ha provocado que se rebajen penas a condenados por estos delitos. Arrimadas era más partidaria de mantener un perfil bajo y centrarse en criticar a Irene Montero. Afines a ella creen, de hecho, que fue demasiado indulgente con Bal por no asumir que el voto favorable de Cs fue un error.
Otra cosa que ha levantado ampollas entre personas más cercanas a Arrimadas es la foto de la diputada Sara Giménez junto a diputadas de la CUP y de Bildu para defender a Montero del ataque personal de Vox. Son tiempos convulsos en Ciudadanos.