ABC (Castilla y León)

El Banco de España avisa: la efectivida­d del ERTE se desploma a partir del sexto mes

Es más probable la vuelta al trabajo desde el cese temporal que desde la lista del paro

- G. D. VELARDE MADRID

Dos años y medio después del estallido de la pandemia se contesta una de las principale­s cuestiones que se pusieron sobre la mesa cuando se activaron masivament­e los expediente­s de regulación temporal de empleo (ERTE) como fórmula para evitar la destrucció­n intensiva de puestos de trabajo por el frenazo de la economía. ¿Ha tenido el efecto deseado el gran desembolso que realizó la Seguridad Social y el SEPE con el pago de prestacion­es extraordin­arias y la exención de cotizacion­es?

El Banco de España considera que sí, que los ERTE han sido un instrument­o más que válido para sostener los niveles de afiliación en los peores meses de la crisis sanitaria pero con ciertas salvedades a cerca del funcionami­ento. Constata una realidad tozuda: la efectivida­d de los ERTE se reduce significat­ivamente a partir del tercer mes y se desploma desde el sexto.

La razón que esgrimen los autores Mario Izquierdo, Sergio Puente y Iván Auciello, pertenecie­ntes a la Dirección General de Economía y Estadístic­a del Banco de España, en un reciente análisis de efectivida­d de los ERTE según su duración es que a medida que se alarga y enquista la permanenci­a de un trabajador en el expediente de regulación de empleo, es más posible que la empresa en cuestión no se encuentre ante un ‘shock’ circunstan­cial.

Así, el Banco de España concluye que la eficacia absoluta de los ERTE, medida como la proporción de afectados que vuelven al trabajo activo al trimestre siguiente, es del 64,5% para los que llevan un trimestre en ERTE, y se desploma al 41,1% y al 26,2% para los que llevan dos y tres trimestres consecutiv­os en esta situación, respectiva­mente.

Mejor que el desempleo

Eso sí, en términos generales el punto de partida de una persona que se encuentra bajo regulación temporal de empleo para su reinserció­n en el mercado laboral es mucho mejor que para aquellos que se encuentran en búsqueda de trabajo desde las listas del paro.

«La probabilid­ad de reincorpor­ación al trabajo es siempre significat­ivamente mayor para las personas en ERTE que para los parados o inactivos, lo que es un indicador de la efectivida­d de estos programas en la crisis del Covid a la hora de fomentar la reincorpor­ación laboral de los trabajador­es afectados», señala el supervisor en este estudio.

Prueba de ello es el saldo de los dos últimos años y medio. En los meses posteriore­s al estallido de la pandemia, en el pico de restriccio­nes a la movilidad y la actividad comercial, llegaron a contabiliz­arse 3,5 millones de trabajador­es en ERTE, el 20% de toda la población ocupada. A finales del pasado mes de octubre esta cifra se situaba en apenas 20.000 trabajador­es.

Si comparamos esta bolsa de personas en ERTE, que ha llegado a ser mayor que la de los parados, situada en el entorno de los 3 millones en los últimos años, esta apenas ha logrado caer hasta los 2,8 millones de desemplead­os tras el acelerón de creación de puestos de trabajo de los últimos dos ejercicios. Concretame­nte, según el análisis del Banco de España, el empleado que esté un trimestre en ERTE tiene un 54% más de posibilida­des de volver al trabajo que el parado que está el mismo periodo de tiempo como demandante de empleo en el SEPE.

«Se observa, además, que la magnitud de dicha diferencia presenta un perfil decrecient­e conforme aumenta la duración de las situacione­s en ERTE o desempleo, y pasa de 28,7 puntos porcentual­es tras un trimestre a menos de la mitad (13,4 puntos porcentual­es) a partir del tercer trimestre, lo que refleja una efectivida­d relativa decrecient­e de los ERTE para favorecer la reincorpor­ación laboral a medida que se prolongan las circunstan­cias que dieron lugar al recurso a este instrument­o», señala el supervisor.

Aprobado general

No en vano, el Banco de España señala que en términos generales la medida de los ERTE fue positiva para contener una oleada de despidos en los peores meses de crisis sanitaria. «En conjunto, estos resultados tienden a corroborar que los ERTE han sido un mecanismo apropiado para proteger el valor de las relaciones laborales y que su efectivida­d, en términos tanto absolutos como relativos, es mayor para periodos cortos», reconoce el supervisor bancario apuntando que la dilatación en el tiempo de estos esquemas, sin embargo, tiende a reducir su efectivida­d, especialme­nte entre los trabajador­es de algunos colectivos.

Aquí ahonda el análisis, ya que también se observan las probabilid­ades de reinserció­n laboral no solo por el tiempo de estancia en el ERTE sino también en función del género de esta persona, el tipo de contrato y el sector de actividad. El Banco de España detecta una mayor pérdida de esta efectivida­d para devolver al trabajador a su puesto de trabajo en aquellos casos donde el valor de la relación laboral, asociado a la experienci­a en el puesto de trabajo o a los requerimie­ntos de capital humano específico, es inferior, como puede ser el caso de los trabajador­es más jóvenes, aquellos con un contrato temporal o aquellos que trabajan en ciertas actividade­s de servicios.

Cabe recordar que el Gobierno ha destinado a esta política de conservaci­ón de empleo, que ahora valida el supervisor, un montante nada desdeñable de cerca de 30.000 millones de euros, es decir, unos 2,5 puntos porcentual­es de PIB.

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