ABC (Castilla y León)

LA ESPAÑA SOLIDARIA QUE QUIERE PERO YA NO PUEDE

Los comedores y despensas sociales sufren por la inflación, la sucesión de emergencia­s y la contención de las donaciones

- HELENA CORTÉS MADRID VALERIO MERINO

Emilio Gómez, militar en reserva, vio tanta miseria en la guerra de Bosnia que desde entonces ha hecho de la lucha contra el hambre su prioridad. Con ese objetivo vital, en 2016 creó la fundación Yo soy tú –«el comedor social más grande de Andalucía y diría que de toda España», dice con orgullo–, que cada día pone un plato caliente sobre la mesa de casi 2.000 personas, 500 de ellas menores. Sin embargo, en los últimos meses se ha visto desbordado y asfixiado económicam­ente. Cada vez más personas con necesidad llaman a su puerta –antes de la pandemia atendía a unas 860 y la guerra de Ucrania les sumó de golpe 200 refugiados–, sus gastos se han multiplica­do «hasta los 250.000 euros» y solo recibe una ayuda de la Junta de Andalucía de poco más de 91.000 euros. «Solo en pan llevamos gastados unos 67.000 euros, cuando el año pasado esta partida era de unos 50.000. Luego hay que sumarle la subida de la luz, el gas...», argumenta.

Las donaciones de los últimos meses, reconoce Gómez, también han caído: «Antes recogíamos unos 5.000 euros al mes de aportacion­es de vecinos, pero ahora apenas superan los 2.000». Y no es que la gente no quiera, subraya el presidente de la asociación, que insiste en que España es un país muy solidario, sino que muchos, con la inflación alimentand­o la crisis de la clase media, «no pueden». Es la tormenta perfecta. Si fuera una empresa privada, Yo soy tú tendría que cerrar. Pero este comedor subsiste a base de préstamos, dice su fundador. «¿Cómo voy a dejar a tantas personas sin comer? Seguiré negociando créditos hasta que pueda, hasta que Dios quiera», sentencia.

Y eso que ellos tienen suerte, porque gran parte de su despensa –hasta el 90% de los alimentos, explica Gómez– la llena Bancosol, el banco de alimentos de la Costa del Sol. Fesbal (Federación Española de Bancos de Alimentos), que agrupa a 54 despensas solidarias repartidas en toda España, ha acusado también este frenazo en las donaciones. De hecho, la Gran Recogida de Alimentos que se organiza este fin de semana en supermerca­dos de todo el territorio nacional –aunque siempre se puede donar online– tiene como objetivo reunir 21 millones de kilos de comida. Hasta el 1 de octubre de este año los bancos habían recaudado 125 millones de kilos de productos no perecedero­s, frente a los 138 millones de 2021. A través de más de 7.000 entidades benéficas asociadas, solo el año pasado ayudaron a más de 1,3 millones de personas. «El problema no es solo que haya menos donaciones por la subida del precio de los alimentos, sino que nuestra capacidad de compra también ha caído», insiste Luis Miguel Rupérez, portavoz de la organizaci­ón.

«La pandemia incrementó mucho las necesidade­s y cuando estábamos saliendo de esa crisis llegó la guerra de Ucrania, que fue la debacle. Y ahora la inflación», resume Iván Martínez, presidente del Banco de Alimentos de Vigo, que cree que aunque suene «ingenuo u optimista», lograrán sus objetivos. Pese a la fatiga del donante y las llamadas a la solidarida­d que se producen desde ONG de todo tipo. «En 2020, en plena crisis del coronaviru­s, cuando no hicimos recogida física, aquí alcanzamos el medio millón de alimentos. En 2021 juntamos solo 200.000. Hay voluntad, pero los recursos se agotan».

Más selectivos

En el corazón de Madrid, cada mañana desde las 8.00 horas, una docena de personas esperan pacienteme­nte la cola para desayunar caliente en la Iglesia de San Antón, gestionada por Mensajeros de la Paz. Unos ocho voluntario­s les sirven por turnos café caliente, pan y bollería sobre los bancos, protegidos con manteles. El altar mayor se cubre también con un gran telón, porque San Antón en ese momento funciona, más que como una parroquia, como un centro social. «Hubo un antes y un después con la pandemia; ha crecido mucho la afluencia de gente. Antes venían más personas sin hogar y ahora tenemos más familias, incluso profesiona­les en paro. Cada mañana, 365 días al año, ofrecemos la primera comida del día a unas 130 o 140 personas», explica Franklin Acosta, director del servicio. Cuando acaba el desayuno, a las 9.00 horas, se recoge todo en tiempo récord y la Virgen de Covadonga vuelve a iluminar el templo. Tal es la necesidad de ayuda que han instaurado también el bocadillo solidario de media mañana.

San Antón cuenta, además, con una despensa solidaria. También preparan cestas de la compra para familias y bolsas de emergencia para personas sin techo. «Al final, esto es un último recurso, quien viene aquí es porque no ha conseguido que servicios sociales le ayude a resolver su situación inmediatam­ente», resume este trabajador de Mensajeros de la Paz, que reconoce también que las donaciones se han vuelto más selectivas. «No ha bajado la afluencia de gente preguntand­o qué necesitamo­s, pero sí la cantidad donada».

«Sí existe esa sensación de estar en constante crisis, y eso se nota. La contrapart­ida es que cada vez que hay una emergencia la sociedad se moviliza, lo vimos con el volcán de la Palma y con Ucrania. De momento la tendencia no es demasiado negativa, pero yo sí creo que cambiará la conducta del donante. Veremos ayudas más puntuales y menos frecuentes», plantea Paula Lemos, directora de desarrollo de Mensajeros de la Paz, que gestiona también a través de su fundación varios comedores sociales. «Al final nuestro desafío es que una causa urgente y muy visible no tape las otras», afirma.

En Cruz Roja Española también han notado que los españoles se han volcado con las últimas emergencia­s, pero «el resto de campaña se mantienen o van a la baja», afirma Jaime Gregori, responsabl­e de captación de fondos de la organizaci­ón, Por eso han lanzado el plan Cruz Roja Reacciona, para atender las necesidade­s de más de 25.000 hogares golpeados por la crisis actual. «Con todo, estamos satisfecho­s de ver cómo la gente considera esta colaboraci­ón una prioridad. Se dan de baja cuando no tienen más remedio».

21 MILLONES DE KILOS

La gran recogida de alimentos de este fin de semana busca paliar la caída de las donaciones

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain