Sánchez recorta terreno con Feijóo como favorito para ser presidente
La situación del presidente es mucho más volátil que la del líder del PP
Alberto Núñez Feijóo fue elegido presidente del Partido Popular el pasado 2 de abril. En el barómetro que ABC publicó ese mismo mes, el líder del PP era elegido por el 22 por ciento de los encuestados como candidato preferido para ser presidente del Gobierno, frente al 19,1 por ciento que señalaba al actual presidente del Gobierno.
En el barómetro del mes de julio tuvo lugar la mayor representación del «efecto Feijóo». Un 34,3 por ciento de los encuestados seleccionaban a Feijóo como presidente, doblando prácticamente al 17,6 por ciento que optaban por Pedro Sánchez. Un barómetro muy condicionado por la victoria del PP en las elecciones andaluzas, que obligó a Pedro Sánchez a tener que hacer cambios en las portavocías del partido. En septiembre ya se corrigió ese efecto. Y la preferencia por Feijóo se quedaba en el 23,7 por ciento, mientras Sánchez subía ligeramente hasta el 18,3 por ciento. En el sondeo de este mes de noviembre el presidente del PP consolida ese mismo dato. Pero el factor diferencial es que Pedro Sánchez se dispara hasta un 22,8 por ciento. La brecha más estrecha entre ambos desde que son rivales.
Las incertidumbres sobre la futura candidatura de Yolanda Díaz y el distanciamiento cada vez mayor y evidente con Podemos están convirtiendo los datos de liderazgo de la vicepresidenta segunda del Gobierno en un sube y baja constante. En abril era la preferida para ocupar La Moncloa para un 12,8 por ciento, en julio bajaba al 8,8 por ciento, en septiembre volvía a subir al 11 por ciento. Ahora cae al 8,7 por ciento.
En la orilla contraria en términos de fluctuación se encuentra el presidente de Vox, Santiago Abascal. Este noviembre es elegido por un 8,5 por ciento de los encuestados. Muy similar al 8,7 por ciento que registró en septiembre y abril. Solo en julio, justo en el gran repunte de Feijóo, bajó al 6,2 por ciento. Estos datos, estudiados con más detalle a través del recuerdo de voto, sirven para pulsar el punto de partida y el estado de salud de este largo año electoral que tendrá a finales de mayo una cota trascendental en las elecciones municipales y autonómicas. Entre los votantes del PP, Feijóo es el preferido para un 71 por ciento. Solo un 3 por ciento de los electores populares señala a Sánchez, un 1 por ciento a Yolanda Díaz y un 5 por ciento a Santiago Abascal. Y un llamativo 0 por ciento a Inés Arrimadas. Estos datos consolidan la idea de que el PP tiene bien fijada su base electoral de 2019 y que no hay mucho margen para que otros liderazgos tienten a su electorado para cambiar de voto.
Sánchez no puede decir lo mismo. Su situación es mucho más inestable en este punto. Solo el 51 por ciento de los socialistas le eligen como preferido para revalidar la presidencia, un 8 por ciento señalan a Feijóo y un 10 por ciento a Yolanda Díaz. Pero, a la vez, Sánchez tiene capacidad para ser destacado como candidato preferido por un 15 por ciento de los que votaron a Pablo Iglesias en 2019. Aquí vuelven a dejarse ver las dudas existentes en ese espacio. Solo el 45 por ciento de los votantes de UP selecciona a Díaz como su preferida. Además, de los que eligen a Sánchez, un 6 por ciento optan por Íñigo Errejón. Pero hasta un 8 por ciento señala a los tres líderes de la derecha. En el caso de los votantes de Vox, un 16 por ciento prefieren a Feijóo como presidente. Pero Abascal es el favorito para el 72 por ciento de sus votantes. Estos datos van a guardar relación con la tendencia de voto: estabilización pero con tendencia a la baja por fugas hacia el PP.
La crisis interna que atraviesa Cs tiene un componente evidente en el liderazgo de Arrimadas. Solo un 11 por ciento del ya de por sí menguante electorado de Cs en noviembre de 2019 la selecciona como su candidata favorita para ser presidenta. Y un 53 por ciento selecciona a Feijóo. Un 4 por ciento escoge a Pedro Sánchez y la misma cifra a Santiago Abascal.
Feijóo tiene muy fijada su base electoral. No hay mucho margen para que su electorado cambie su voto