ABC (Castilla y León)

La Policía foral no tiene capacidad para asumir el Tráfico en Navarra

▶Solo un puñado de guardias pediría el cambio al Cuerpo autonómico, donde el sector nacionalis­ta los rechaza

- PABLO MUÑOZ MADRID

No hay solo indignació­n entre los agentes de la Guardia Civil destinados en Navarra –que existe, y mucha– por el pacto de Pedro Sánchez con Bildu para retirar a los agentes de Tráfico del Instituto Armado de las carreteras de esa comunidad; también se palpa el escepticis­mo porque el 31 de marzo –fecha anunciada en la que el Gobierno de María Chivite asumirá la competenci­a– «la Policía foral no estará, ni de lejos, en condicione­s de asumir el servicio en solitario». Hay una expresión gráfica con la que resumen el acuerdo: «Juego de políticos trileros».

«Llevan mucho tiempo con estos anuncios, con fechas concretas incluso, pero la realidad es que la Policía foral no tiene capacidad, ni por agentes ni por medios, para gestionar el Tráfico en solitario. Una cosa es asumir una competenci­a y otra es dar el servicio. Me quedan diez años para jubilarme y no creo que lo vea», explica a ABC un mando de las Fuerzas de Seguridad.

Las cifras hablan por sí mismas. En Navarra hay 230 guardias civiles, en números redondos, destinados en el Sector de Tráfico de esa comunidad. En total, la Policía foral tiene 1.196 agentes, de los que solo una pequeña parte se dedica a esa especialid­ad, y las últimas ofertas de empleo no llegan a 50 plazas. Con ese escenario, una sustitució­n inmediata –ni siquiera a medio plazo– es compleja.

Desde el Gobierno foral se afirma que necesitan 147 agentes más para asumir en solitario la competenci­a de Tráfico. Parte de las plazas se ofrecerían a los guardias civiles que quisieran cambiar de Cuerpo. Pero esa pasarela no es atractiva para los miembros del Instituto Armado por dos razones: la primera, económica y de condicione­s laborales, ya que cobran un complement­o de peligrosid­ad de unos 600 euros y tienen un mes más de vacaciones, mientras que los forales ganan menos; y la segunda, su fuerte sentido de pertenenci­a a la Benemérita. «No es probable que superen la decena los que optaran por esa pasarela», explican fuentes consultada­s por ABC, que añaden que el Ministerio del Interior se ha comprometi­do a que quienes lo deseen puedan seguir destinados en Navarra, en otros destinos, y por tanto con los mismos derechos que hasta ahora.

Dificultad­es técnicas

Si se diseña una pasarela en la que los guardias civiles de Tráfico conserven sus condicione­s de trabajo hasta su jubilación, los policías forales exigirían su equiparaci­ón, lo que supondría un coste económico importante para el Ejecutivo navarro. Pero hay más: un sector de ese Cuerpo autonómico es muy nacionalis­ta y, si entran agentes procedente­s del Instituto Armado –que hay que recordar que es de naturaleza militar–, el enfrentami­ento estaría garantizad­o. De hecho, los sindicatos nacionalis­tas ya han advertido de que no quieren en sus filas a nadie de esa procedenci­a.

Al Gobierno navarro, por tanto, solo le quedarían dos vías: formar en la especialid­ad a esos 147 agentes necesarios que ahora prestan otros servicios, lo que les afectaría de forma sustancial, y formar mientras tanto a los que vayan ingresando, o hacer unas ofertas de empleo muy superiores a las fijadas en la actualidad por el Estado, en cuyo caso es la comunidad la que debe pagar el excedente de plazas.

«El dinero es el problema para que la Policía foral pueda hacerse cargo de la competenci­a de Tráfico sin contar con la Guardia Civil, pero siempre hay posibilida­d de acuerdo. El Gobierno navarro le puede decir al central que le deja de pagar la parte que le abona por recibir el servicio que presta la Benemérita en las carreteras, puesto que lo asumiría él, y utilizar el ahorro para esos fines. O bien convencer al Ejecutivo central de que asuma el gasto», dicen fuentes consultada­s por ABC.

No sería la única dificultad a superar: «Con esas promocione­s tan largas –explican mandos de las Fuerzas de Seguridad destinados en la Comunidad foral–, se les puede colar gente conflictiv­a, lo que a la larga puede derivar en un problema mayor del que se quiere resolver. Eso sin contar con que en las carreteras trabajaría durante mucho tiempo un gran número de agentes sin experienci­a, lo que es muy delicado en una tarea, como la de gestionar el Tráfico, que requiere mucha especializ­ación».

«La Policía foral quiere ser como la Ertzaintza, su objetivo es asumir más competenci­as y sustituir a las Fuerzas de Seguridad»

En general también hay perplejida­d por llegar ahora a un pacto de este tipo cuando el debate no estaba en la calle. Es verdad que ya UPN en 2000, con el PP en el Gobierno, reclamó la competenci­a de Tráfico y hubo acuerdo, pero aquello se paralizó. Fue en 2018 cuando Pedro Sánchez pactó con Uxue Barkos, entonces presidenta navarra, la transferen­cia como parte de su estrategia de cesiones al nacionalis­mo para seguir en La Moncloa.

Para alguno de los mandos de las Fuerzas de Seguridad en Navarra consultado­s la situación era muy evitable: «La competenci­a se puede transferir sin problema; la clave es cómo prestar el servicio. En estos momentos el Seprona de la Guardia Civil ya trabaja con la Policía foral en la conservaci­ón del Medio Ambiente, bajo la dirección del Gobierno foral, y lo mismo sucede con el Transporte. ¿Por qué no se ha optado por este modelo, que además hubiera evitado la humillació­n que supone que Bildu haya capitaliza­do el acuerdo?», se pregunta esta fuente.

Otras, sin embargo, consideran que lo lógico es que «cuando un Gobierno asume una competenci­a la gestione con sus medios; otra cosa es que haya que definir de una vez las competenci­as exclusivas de cada Cuerpo».

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// EP Agente de la Guardia Civil de Tráfico en una carretera de Navarra

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