Los planos de la mansión que se estaba construyendo el expescador

Fikri Amellah pasó de ser pescador en Alhucemas a uno de los narcos más buscados del mundo. Cuando cayó en diciembre vivía en el Raval, quizá para no llamar la atención, algo que era inevitable. La UCO le vio gastar 12.000 euros en un día en Ibiza solo en alojamiento, alquilar yates, hacerse traer relojes de 400.000 euros desde Dubai. Le gusta el lujo y se lo podía permitir. Los agentes además de un millón de euros en efectivo, relojes y joyas, valorados en otros tres, 10 coches de alta gama y 18.000 euros en lotería de Navidad le intervinieron los planos y fotos de la mansión que se estaba construyendo. Tenía dos plantas de sótano: una con piscina climatizada y arañas para iluminarla; otra con capacidad para 5 coches.