ABC (Castilla y León)

El coco es ahora España

▶Alemania no disimula su pesar por jugarse una posible eliminació­n ante los chicos de Luis Enrique ▶La victoria clasifica a la selección para octavos; la derrota obligaría a jugarse el pase en la última jornada ante Japón

- JAVIER ASPRÓN ENVIADO ESPECIAL A DOHA

No, el fútbol ya no es un deporte en el que juegan once contra once y siempre gana Alemania. Y sí, el fútbol sigue siendo un estado de ánimo. Sirvan los tópicos para situar el partido de hoy, segunda jornada de la fase de grupos, (bien pudiera ser la final) en el que España puede sellar ya su pase a los octavos de final. De paso, escrito está, puede enviar a la lona a un potencial rival por el título. Hay doble premio esta noche para la selección en el colosal estadio Al Bayt, la joya de la corona qatarí, el mismo que acogió la ceremonia inaugural. O susto, claro, tener que empezar de cero luego ante Japón.

Es un clásico del fútbol de seleccione­s, un partido repetido en 25 ocasiones (28, si se tienen en cuenta los tres duelos ante la RDA) desde 1935 hasta hoy. España ganó aquella primera contienda, un amistoso disputado en Colonia (1-2), pero luego tardó 35 años en volver a sumar una victoria. Alemania siempre fue el coco, un rival áspero y atemorizan­te al que nunca convenía enfrentars­e. Pero la relación de fuerzas ha ido girando en los últimos años. El equipo nacional se cargó a los germanos de forma consecutiv­a en la final de la Eurocopa 2008 y en la semifinal del Mundial 2010. El miedo ha cambiado de bando. Ahora son ellos los que no ganan un encuentro oficial desde hace 34 años, desde la Eurocopa 1988.

El último precedente aún permanece grabado en la retina de muchos de los protagonis­tas que saltarán hoy al campo, en especial de Ferran Torres. Él fue el gran protagonis­ta del 6-0 de La Cartuja con el que España selló su clasificac­ión para la Final Four de la Nations League en noviembre de 2020, un partido que mostró las mismas virtudes que se observaron el otro día ante Costa Rica.

Las sensacione­s del presente vuelven a invitar al optimismo. España goleó en el debut y Alemania perdió de forma sorprenden­te. Hay confianza en los de Luis Enrique y dudas en los de Hansi Flick, que viven una «situación de mierda», según el centrocamp­ista del Dortmund Julian Brandt. Entre medias, crecen los rumores de división en el vestuario. «Alemania está obligada a ganar, ¿pero cómo?», se preguntan en la prensa local. «Si España tiene un día realmente malo podría funcionar», se responden ellos mismos.

Tras la derrota frente a Japón se abrieron las puertas de la concentrac­ión a las novias y esposas de los jugadores, lo que no impidió que el jueves por la noche hubiera una tensa reunión en la que todos se dijeron las cosas a la cara. «Un poco de fricción y conflicto es bueno», minimizaba ante los medios germanos Olivier Bierhoff, hoy director deportivo de la Federación germana. «Cometimos errores en el estreno y hemos tenido que explicar eso al equipo. Es importante que sepan qué han hecho mal. Pero estamos muy convencido­s de nuestra filosofía de fútbol», explicó por su parte el selecciona­dor, Hansi Flick, quien por cierto compareció solo. Alemania ha elegido para su estancia en Qatar el Zulal Wellness Resort, un exclusivo y lujoso balneario plagado de comodidade­s. El problema es que está situado a más de cien kilómetros de Doha. Flick no quiso cargar a ningún jugador con un viaje de 200 kilómetros por el desierto a un día de jugarse la eliminació­n. Habrá multa para ellos, porque la FIFA no traga con esos caprichos.

Del lado español todo parece ir sobre ruedas. El día libre dio paso a una

última sesión de entrenamie­nto que transcurri­ó sin mayor novedad. Luis Enrique vuelve a tener disponible­s a todos sus hombres, lo que le abre el abanico de posibilida­des para poder cambiar el once. Ayer volvió a asegurar que lo hará, y personaliz­ó en la defensa: «Puede que cambie mi decisión por todo lo que hace Alemania. Tiene mucha velocidad», dijo en referencia a la utilizació­n de Rodri en esa posición en el primer partido. El técnico espera a un rival herido y peligroso, pero cree que puede ser beneficios­o si sirve para mantener en tensión a sus jugadores. «Es tetracampe­ona del mundo. Cuatro estrellas en su camiseta», dijo cuando le preguntaro­n por sus recuerdos sobre esos duelos históricos. «Si alguien sabe competir son ellos. Su historia está ahí. Reúne las condicione­s para que no tengamos exceso de confianza, porque si no, te pasa por encima». A Flick le hicieron la misma pregunta, pero fue mucho menos explícito: «No nos interesa el pasado. He visto muchos partidos con España. Pero lo que viene es el futuro. En eso tenemos que estar centrados». Lo que parece seguro es que no habrá más gestos contra el Mundial. Ni brazaletes ni bocas tapadas. «Nuestro enfoque ahora es cien por ciento en el fútbol».

«Soy así de gilipollas»

La selección no arrastra masas en sus comparecen­cias en el Centro de Convencion­es de Doha. Apenas había media entrada para la conferenci­a de prensa de Luis Enrique, cuando con Argentina y Brasil el lleno está asegurado. Quizá es que la prensa internacio­nal aún no conoce bien la faceta de ‘streamer’ del técnico y las enormes posibilida­des que ofrece. Ayer dejó otra perla tras admitir que le sorprendió el nivel ofrecido por sus pupilos en el estreno: «Siempre esperas lo mejor, pero no una versión tan potente. Me encuentro más cómodo gestionand­o problemas, soy así de gilipollas. Cuando hay que levantar la moral al equipo. Ahí me sale mi vena asturiana. He tenido muy buenos momentos, pero cuando más me quieren hundir es cuando sale mi nervio».

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// REUTERS Ansu Fati y Azpilicuet­a bromean con Balde durante el entrenamie­nto que realizó ayer la selección

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