ABC (Castilla y León)

Las ONG se preparan para el invierno: kits y más ayudas para pagar las facturas

▶Cáritas y Cruz Roja constatan ya un incremento de los beneficiar­ios por la guerra y la inflación

- M. ANTOLÍN VALLADOLID

Con los costes de la energía disparados desde hace meses a consecuenc­ia de la guerra de Ucrania y una inflación por las nubes que incrementa el precio de casi todo, pagar las facturas energética­s se está haciendo cuesta arriba. Especialme­nte para las familias con escasos recursos a las que no les salen las cuentas y en muchas ocasiones, con ingresos muy limitados, se ven en la encrucijad­a de tener que elegir entre lo más básico: la alimentaci­ón o tener luz, agua y gas. Una vez llegados a ese punto, una de las soluciones es recurrir a las ayudas que aportan ONG como Cáritas o Cruz Roja, que ya han percibido cómo los beneficiar­ios van en aumento. Pero, a las puertas del invierno y cuando el frío ya ha hecho su entrada en la Comunidad, se preparan para lo que está por venir: un más que previsible crecimient­o del volumen de las peticiones cuando las calefaccio­nes empiecen a funcionar a pleno rendimient­o. Más presupuest­o, programas específico­s y kits energético­s que permitan ahorrar al máximo y gestionar mejor la energía serán claves para esta nueva etapa.

«Están aumentando bastante las ayudas energética­s», detalla el presidente de Cáritas en Castilla y León, Antonio Jesús Martín de Lera, quien cifra el incremento registrado hasta ahora respecto al año pasado en torno al 8 ó el 10 por ciento. «Y eso que ahora vienen los peores meses, el invierno», recalca. Si el ejercicio anterior los apoyos de primera necesidad, entre los que se encuentran los destinados a abonar los suministro­s energético­s, fueron más de 73.300, los cálculos de los once organismos diocesanos de la Comunidad estiman que al cierre de este año serán unos 6.000 más. «Nos piden sobre todo ayudas para hacer frente a los gastos para pagar recibos, también productos de higiene y, en el caso de las familias, también alimentaci­ón infantil», asegura. Y es que «lo primero es comer y no se demanda tanto porque los pocos ingresos que tienen los destinan a eso». Así y todo también han aumentado los solicitant­es de la prestación de alimentos, aunque la que tiene que ver con los pagos de la luz y el gas «está por encima». El perfil de los que acuden hasta sus oficinas es el de personas de entre 30 y 50 años «en desempleo o con trabajos muy precarios y estacional­es sin unos ingresos fijos ni mínimos para llegar a fin de mes». «También hay casos de familias monoparent­ales y empezamos a detectar también en gente mayor, jubilados con pensiones muy bajas. Eso es muy alarmante», destaca. Se trata de una tendencia que se está registrand­o sobre todo en «zonas rurales».

Dispositiv­os de ahorro

Cáritas está preparada para afrontar ese previsible pico de demanda, que requerirá, por tanto, más presupuest­o. «Confiamos en Dios, en la solidarida­d de la gente y en que se siga notando la colaboraci­ón de las administra­ciones», concluye Martín de Lera.

También lista para actuar está Cruz

Roja, entidad que ha diseñado a nivel nacional un plan específico denominado «Reacciona» para hacer frente a la pobreza energética y el efecto de la inflación en el precio de lo más básico. Una situación complicada que ha requerido de «más medios», indica la coordinado­ra de la organizaci­ón humanitari­a en Castilla y León, Eva María Fernández.

Pero no solo se trata de aportar ayudas económicas, subraya, sino que desde la ONG tratan de tomar otras medidas que ayuden a ahorrar. «Ya estamos empezando a notar un incremento de las personas que nos reclaman estos apoyos porque las temperatur­as están bajando ahora. Pero es pronto para saber si serán más o menos de los que teníamos antes», considera. Lo que sí tienen claro, pese a que Cruz Roja lleva años implicada en hacer frente a la falta de medios para pagar los recibos de luz y gas, es que tienen que tomar «más medidas» de las que se habían adoptado hasta ahora. Por eso, ya han repartido los denominado­s ‘kits energético­s’ entre sus beneficiar­ios. Son bolsas en las que se incluyen dispositiv­os para instalar en los propios hogares que ayudan a ser «más eficientes» y a «aprender a ahorrar» unos cuantos euros en unas facturas que no han dejado de escalar en los últimos tiempos.

Bombillas de bajo consumo, humidifica­dores, reguladore­s de temperatur­as, regletas de enchufes, aislamient­os térmicos para ventanas y radiadores... Todo se incluye en el kit personaliz­ado que Cruz Roja destina a estas personas que, además, se acompaña de una auditoría previa para saber cuáles son los puntos donde más se puede economizar en un hogar y consejos. «Es un tra

bajo en una doble vertiente». Por un lado la aportación económica y, por otro, mejorar la eficiencia. «A veces parece que tenemos claro cómo hacerlo y parece sencillo, pero no lo es tanto sin ayuda», reconoce Fernández. Mientras, la Junta sigue también colaborand­o con entidades de este tipo –en su presupuest­o anunció un 10 por ciento más de financiaci­ón– y mantiene los acuerdos con las empresas suministra­doras de energía para evitar los cortes por impagos que en el año 2020 ayudó a 400 familias. Además, este año ha lanzado un bono de urgencia social para que los perceptore­s de la Renta Garantizad­a de Ciudadanía que no sean beneficiar­ios del Ingreso Mínimo Vital puedan hacer frente al incremento de los precios, aseguraron desde la Consejería de Familia. Este bono se ha concedido a todos los solicitant­es que cumplían las condicione­s (1.990 personas), aseguró la consejera Isabel Blanco, en las Cortes, donde criticó que el Gobierno central lleva un año de retraso en la entrega de los fondos del bono social térmico y aún no ha abonado la cantidad para responder a los beneficiar­ios de 2021.

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