«Nunca había pedido ayuda, pero si se necesita no debe avergonzar»
La pandemia puso patas arriba la vida de O. V. A. La llegada del coronavirus golpeó fuerte en su hogar porque la vida que llevaba hasta entonces junto a su marido y su hijo se vio trastocada por completo. El confinamiento, el frenazo en seco de la actividad de casi dos meses la hizo perder el trabajo y su pareja pasó a ERTE al paralizarse muchos sectores económicos.
Los ingresos cayeron en picado y la situación la obligó a descolgar el teléfono y pedir «ayuda en general» a Cruz Roja. Necesitaban de todo, apoyo para lo más básico, también la alimentación. «Me han ofrecido muchísima ayuda», explica sobre una solidaridad que también se ha trasladado al ámbito energético desde el pasado mes de junio. Al estropearse su lavadora, un gasto inasumible para una familia en su situación, pidió a Cruz Roja su respaldo para localizar otra que pudiera servirle. «A partir de ahí me hicieron una auditoría y vieron que la factura que estábamos pagando era muy elevada», relata. La clave del desproporcionado gasto era que la lavadora que dejó de funcionar era «muy vieja», pero también el frigorífico que «consumía muchísimo».
«Gracias a ellos hoy tengo lavadora y frigorífico y he pasado de pagar 130 o 140 euros en electricidad a unos 60 y eso se nota mucho», subraya, porque la subida de la energía ha hecho también mucha mella en su ya maltrecha economía familiar. «Ahora, cuando empecemos a encender más la calefacción con el frío, ya veremos»,
asegura ante la caída de las temperaturas que ha comenzado en las últimas jornadas y que supondrá casi con seguridad un gasto mayor. A día de hoy, su marido ha recuperado el trabajo, pero las cuentas siguen sin salir. «Si no puedo pagar la luz, antes tiene que comer mi hijo», Y es que pese a tener un salario «hay que elegir», pero «o pagas o te cortan la luz». Nunca antes se había planteado acudir a pedir ayuda. «Te cuesta porque dices : ‘ De tenerlo todo a no tenerlo nada...’, pero cuando el cinturón aprieta hay que pedirla y no hay que tener vergüenza. Yo he encontrado un apoyo muy grande», concluye.