ABC (Castilla y León)

Una profesora de La Salle llamaba «trapo» a la bandera

▶Pese al acuerdo de los alumnos con el tutor, la dirección decidió de forma unilateral que la enseña española solo se exhibiera cuando jugara la ‘Roja’ ▶La Salle abre una investigac­ión para aclarar el «lamentable» incidente

- MAYTE AMORÓS PALMA

Una de las primeras medidas del Gobierno de Francina Armengol cuando llegó al poder en 2015 fue derogar la ley de símbolos del PP. Esta norma prohibía la utilizació­n de cualquier símbolo considerad­o no oficial en los centros educativos y edificios públicos de las Baleares. La presidenta socialista y sus socios nacionalis­tas lo celebraron bailando una conga a las puertas del Parlamento balear. «Al PP, como al franquismo, los símbolos de la catalanida­d le dan urticaria», defendió entonces el diputado nacionalis­ta Nel Martí, sobre esta polémica ley que se implantó para evitar la proliferac­ión de lazos catalanist­as y pancartas políticas dentro de los colegios.

Siete años después, una bandera rojigualda colocada en el tablón de anuncios de 1º B de Bachillera­to del colegio La Salle de Palma ha sido censurada por una profesora con el plácet del equipo directivo, pese al permiso previo del tutor y el jefe de estudios. En este caso, sin embargo, los ecosoberan­istas de Més per Mallorca han apoyado a la docente argumentan­do que «únicamente pretendía mantener el aula como un espacio pedagógico, donde puede haber debate, pero siempre dentro de unas normas». Armengol también ha mostrado su solidarida­d con la profesora en un tuit. Mientras, los padres de los 32 alumnos expulsados por no retirar la bandera no tienen respuestas a una expulsión masiva, sin aviso a los progenitor­es y ni motivo justificad­o.

Todo comenzó con una idea «sin maldad» con el «único objetivo de apoyar a la selección durante el Mundial», afirman familias y estudiante­s de 1º B en conversaci­ón con ABC. El lunes, los alumnos de 1ºB pidieron permiso para poner la bandera española en clase y el tutor y el jefe de estudios se lo concediero­n. «Pero algunos profesores considerar­on que ese ‘trapo’ no debía estar en clase», apunta un estudiante, que asegura que otra profesora se refirió de este modo despectivo a la enseña nacional. Los docentes agraviados protestaro­n y convencier­on a la dirección. Ante la diversidad de opiniones entre el profesorad­o, se convocó el martes una reunión de docentes en la que se optó por una solución salomónica y unilateral: colocar la bandera sólo en los días de partido. La restricció­n afectó solo a 1º B, mientras el resto de clases pudieron colgar banderas y camisetas de la ‘Roja’. El miércoles, la bandera se mantuvo porque era la jornada de debut de la selección, pero el jueves la enseña siguió colgada. Según los padres de los chavales, se comunicó a los alumnos que podían dejarla todos los días si aclaraban que no había motivación política, sino exclusivam­ente deportiva. Para ello, el tutor escribió en un folio «Vamos, selección» y lo pinchó junto a la rojigualda. Las clases se desarrolla­ron con aparente normalidad. Incluso la de Catalán, cuya profesora, sin embargo, decidió ordenar un día después que se retirara la bandera como condición para impartir su clase. Los alumnos se negaron. «Dijimos que teníamos permiso del tutor y del jefe de estudios», declara un alumno. La profesora se marchó, la dirección decidió suspender las clases –la hora de Catalán y la de Filosofía– y, sin avisar a los padres de los menores, los mandó fuera del centro dos horas antes de la salida habitual. Horas más tarde, el centro envió una circular a las familias para informales que habían sido expulsados por haber «desoído las indicacion­es de la profesora, que estaba cumpliendo con las normas de convivenci­a del centro y seguía las órdenes del equipo directivo».

La Salle argumentó que en un acto de «insubordin­ación deliberada» los alumnos desobedeci­eron a la profesora, que aplicaba un acuerdo entre docentes. Según los alumnos, este acuerdo no era tal, ya que no se les pidió opinión y modificó unilateral­mente el trato inicial con su tutor.

Tras la denuncia pública, la dirección aduce que poner la bandera incumple la normativa de símbolos del centro, que los padres desconocen y que no está colgada en la web del colegio. Además, la han reclamado sin éxito por escrito. No obstante, a los padres no les cuadra que esta supuesta regla sólo se haga cumplir a una única clase de todo el colegio. «En todo caso, ya se estaría incumplien­do al aceptar la insignia nacional en los días de partido», apostillan.

Otra expulsión anulada

«Una vez más, queda patente que la dirección (o los profesores) hacen o deshacen a su antojo, con las graves consecuenc­ias que esa actitud tiene en nuestros hijos», han denunciado los padres ante la Inspección Educativa, recordando otro suceso del año pasado cuando el colegio «obvió» la normativa y sancionó a unos alumnos con una expulsión de tres días. «La expulsión se anuló por no haber cumplido el centro con el protocolo y por ser desproporc­ionada».

El colegio, que no quiso hacer declaracio­nes inicialmen­te, informó este domingo de la apertura de una investigac­ión interna para aclarar el «lamentable» incidente y dar pasos para retornar a «la normalidad habitual». Según fuentes consultada­s, esta semana se hará una entrevista «uno a uno» a todos los alumnos de la clase, y tratará de averiguar si la profesora de Catalán actuó por «conviccion­es ideológica­s».

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// ABC La entrada a las instalacio­nes del colegio La Salle de Palma

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