ABC (Castilla y León)

«Aquí solo cabe el crucifijo», dice el colegio que censuró la bandera

▶Reciben con vítores y camisetas de la selección a los alumnos expulsados en el centro educativo de Palma ▶El Gobierno balear pide que se investigue el acoso en redes a la profesora que decidió la expulsión

- MAYTE AMORÓS Vista de la entrada del centro La Salle de Palma // EFE

Los alumnos de 1ºB de Bachillera­to del colegio La Salle de Palma regresaron ayer a las aulas después de un tenso fin de semana. A las ocho entraron al centro entre las cámaras de televisión y fueron recibidos con aplausos y ánimos por parte de sus compañeros. Hubo chavales que acudieron a clase con la camiseta de la Roja como muestra de apoyo a estos 32 menores que el pasado viernes fueron expulsados por colgar la bandera de España en apoyo a la selección española de fútbol en el Mundial de Qatar. Hubo vítores con guiños futboleros de ‘Vamos, selección’.

En el tablón de 1ºB ya no estaba colgada la enseña nacional que inició el conflicto. Alguien la dejó sobre la mesa del profesor doblada con el cartel que rezaba ‘Vamos, selección’, en clara alusión a la motivación futbolera, por la que se colgó hace una semana con el permiso de su tutor y del jefe de estudios. Aun así, el centro sostuvo ayer que la enseña nacional es un símbolo que no se puede colgar porque incumple un supuesto reglamento que aún, tres días después de la polémica, sigue sin publicar ni ha facilitado a los padres o a los alumnos.

Apoyo del centro

El jefe de estudios y el tutor recibieron a primera hora a los niños con ánimo conciliado­r. «Nos han dicho que todo el equipo directivo nos daba su apoyo», cuenta a ABC uno de los estudiante­s, aunque insiste en que «no lo sentimos así».

El inspector acudió al centro a primera hora para tratar de aclarar lo sucedido, aunque no se entrevistó con 1ºB. «No se nos ha citado en ningún momento para dar nuestra versión», aseguran sorprendid­os por las muestras de apoyo de sus compañeros y, sobre todo, de su tutor. «Es un 10 y ha gestionado esta crisis de la mejor forma».

La profesora de catalán, que no tiene clase en 1ºB hasta el miércoles, fue recibida por sus colegas con besos y abrazos en los pasillos. La jornada lectiva transcurri­ó con relativa normalidad hasta que a última hora el jefe de estudios volvió al aula para recordarle­s que no se podían exhibir símbolos –incluida la rojigualda– debido a un reglamento que los prohíbe. «Pedimos que nos enseñara el documento pero no lo hizo. Sólo recalcó que ‘en este colegio sólo se pueden colgar crucifijos y la imagen de San Juan Bautista de la Salle’», relatan.

Fuera de la clase, la opinión generaliza­da entre los alumnos era crítica con la dirección del colegio por actuar de forma «desproporc­ionada», expulsar a toda la clase y suspender las últimas dos horas lectivas sin avisar a los padres alegando que provocaron una «insubordin­ación deliberada» por no quitar la bandera española del aula.

«Es desproporc­ionado. Se han pasado tres pueblos. El colegio sabe que ha metido la pata», declara un alumno y amigo de estos chicos. La clase de 1ºA acordó vestir la camiseta de la selección española para mostrar de forma gráfica su solidarida­d con estos chicos: «Son unos valientes», señalaron.

Buena parte de los estudiante­s cuestionan a la profesora de catalán que se negó el viernes a dar clase con la enseña nacional y lo achacan a su «ideología independen­tista». Condenan las amenazas de muerte recibidas a través de perfiles anónimos en las redes sociales a esta profesora, un acoso que se ha extendido a los 32 alumnos y sus familias, señalados con «palabras muy feas».

Ataques e insultos

La delegada de las familias, Pilar Serrano, ha recibido ataques e insultos, a través de las redes sociales, después de denunciar el caso en ABC. «Es intolerabl­e que la profesora esté sufriendo amenazas pero nosotros y nuestros hijos también hemos recibido insultos, y no ha salido Armengol a defenderno­s», lamenta otro padre sobre el apoyo público de la presidenta socialista a la profesora de La Salle, sin mención a las familias.

El Gobierno balear se ha volcado con la docente y ha pedido a la Abogacía de la Comunidad Autónoma que interponga una denuncia ante la Fiscalía para que investigue si las ame

Armengol se ha volcado con la docente, pero no pide que se investigue­n los insultos en redes a los padres de los alumnos

nazas a la profesora podrían ser constituti­vas de delito de odio.

Mientras tanto, los padres han tenido que batallar con la burocracia de la conselleri­a de Educación, que ignoró la denuncia del viernes por un defecto formal y han tenido que volver a interponer la queja. «No sabemos nada, nadie se ha puesto en contacto con nosotros», se quejan los progenitor­es, que han pedido de nuevo una reunión con el equipo directivo del colegio.

Los padres de 1ºB siguen unidos y dispuestos a suavizar el tema para que se aclare de una vez. «¿Qué habría pasado si atropellan a mi hijo durante esas dos horas que eran jornada lectiva?», se pregunta la madre de una alumna expulsada, que lamenta que entre tanto «ruido y politizaci­ón del tema» se esté pasando por alto lo más importante: «¿Por qué el colegio dejó a 32 menores de edad fuera del centro sin notificárn­oslo a los padres?».

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