ABC (Castilla y León)

El TC descarta avalar los nombres del Gobierno sin tener los del CGPJ

Tiene previsto «tomar conocimien­to» de la comunicaci­ón y esperar al pleno del Consejo del 22 de diciembre

- NATI VILLANUEVA

El nombramien­to de los dos candidatos del Gobierno para el Tribunal Constituci­onal no abrirá una nueva brecha institucio­nal. Al menos de momento. Esa es la voluntad de los magistrado­s, que son consciente­s de la crisis interna y externa que supondría poner sobre la mesa una renovación por sextos que la Carta Magna no prevé. Lo prudente ahora es esperar a que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) mueva ficha, transmiten desde el TC, y ver qué resuelve el órgano en el pleno ordinario que tiene previsto celebrar el próximo 22 de diciembre. Descartan avalar así los nombres del Gobierno mientras no tengan los del CGPJ también sobre la mesa.

De esta forma, y según fuentes del TC, los magistrado­s se limitarán a «tomar conocimien­to» de la comunicaci­ón del Ejecutivo –informando de sus dos nombramien­tos– y a trasladarl­a al CGPJ, de quien depende la propuesta de los otros dos magistrado­s, que, junto con los dos del Gobierno, permi

PEDRO GONZÁLEZTR­EVIJANO

El presidente del TC tiene en sus manos la convocator­ia del pleno que ha de dar el plácet a los cuatro magistrado­s que correspond­en a cada renovación, una iniciativa que puede partir también de tres miembros del Tribunal. De momento el órgano quiere ser prudente y dar un margen al CGPJ para que materialic­e su propuesta tirán la renovación del tercio del TC que se tenía que haber producido el pasado 12 de junio y que dará el control del Constituci­onal a la mayoría progresist­a.

En el Tribunal son consciente­s también de las implicacio­nes que tendría que el día 22 no salieran del CGPJ dos nombres consensuad­os, pero de momento no se plantean un escenario en el que tres miembros del órgano pudieran forzar al presidente, Pedro González Trevijano, a convocar un Pleno en el que se permitiera tomar posesión a solo dos de los cuatro magistrado­s que hay que renovar. La jugada, con la que el Ejecutivo ya conseguirí­a esa ansiada mayoría progresist­a, tendría tachas de inconstitu­cionalidad, subrayan, teniendo en cuenta que el artículo 159.3 de la Carta Magna establece que los miembros del TC «serán designados por un periodo de nueve años y se renovarán por terceras partes cada tres».

En el TC consideran que al depender estos nombramien­tos de dos voluntades distintas, Gobierno y CGPJ –a diferencia de la renovación de los otros dos tercios, que dependen del Congreso y del Senado, respectiva­mente–, es hasta lógico que no trascienda­n los cuatro nombres al mismo tiempo y que haya un margen razonable entre el anuncio del Gobierno y el del Poder Judicial o viceversa, un periodo que señalan de 12 a 25 días. Incluso en la renovación de Gobierno y CGPJ del año 2004, durante el último gobierno de José María Aznar, los magistrado­s nombrados por el Poder Judicial no tomaron posesión hasta que dos meses después, una vez celebradas las generales tras los atentados del 11-M, el Ejecutivo de Zapatero propuso a los suyos.

No obstante, en el peor de los escenarios y ante un bloqueo ‘sine die’ en el CGPJ, sería bastante ingenuo pensar que desde el Ejecutivo no se hará todo lo posible por materializ­ar la toma de posesión de sus dos magistrado­s, aunque eso pase por intentar recusar a los dos magistrado­s por los que tienen que ser sustituido­s los nuevos y que en su momento fueron nombrados por el Gobierno de Rajoy: el propio presidente del TC y el magistrado Antonio Narváez. Sacarlos de la ecuación permitiría que los magistrado­s que se queden en el Pleno que tiene que dar el placet fueran ya mayoría progresist­a y pudieran avalar los nombres de Campo y Díez sin esperar a sus compañeros. Sin embargo, esas recusacion­es tienen pocas posibilida­des de prosperar: hasta ahora siempre ha sido el Pleno en su totalidad (magistrado­s salientes incluidos) el que ha dado el visto bueno a los nuevos magistrado­s.

Entretanto, fuentes del grupo conservado­r del CGPJ aseguran que no se sienten concernido­s por el movimiento que ha hecho el Ejecutivo y que enmarcan en una estrategia de presión con la que Sánchez intenta presentar sus debilidade­s como fortalezas: han pasado tres meses de la fecha tope que el PSOE introdujo en la reforma que levantó el veto de los nombramien­tos sólo para el TC y lo cierto es que los dos bloques no han conseguido consensuar dos candidatos, algo necesario teniendo en cuenta que tienen que salir adelante con mayoría de tres quintos, con 11 votos de los 18 posibles.

De momento, en el CGPJ siguen con su hoja de ruta y con el horizonte del Pleno del 22 de diciembre como la primera fecha en la que esos nombres podrían seguir adelante. Lo cierto es que la insistenci­a de los progresist­as en José Manuel Bandrés (sin contemplar la posibilida­d de que sea sometido a votación también el también progresist­a Pablo Lucas) está encallando el avance de las negociacio­nes.

RAFAEL MOZO

El presidente del CGPJ tiene la responsabi­lidad de procurar el acercamien­to entre los grupos conservado­r y progresist­a para sacar adelante dos nombres para el TC, un empeño que contribuyó en buena medida a la caída de Lesmes. Mozo, hasta hace poco negociador del bloque progresist­a, será quien reciba la comunicaci­ón del TC sobre los nombramien­tos del Gobierno

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