El museo reivindica el valor de los marcos en su colección
El Prado atesora una amplia y heterogénea colección de marcos, desde el siglo XIII hasta el XX. Son objetos de valor en sí mismos, aunque suelen verse como secundarios y meramente decorativos. Gemma García defiende que «el marco no es solo parte de una obra de arte o un elemento decorativo, muchas veces es una obra de arte». En 2019 se puso en marcha el proyecto ‘Enmarcando el Prado’, con el apoyo de la American Friends of the Prado y el patrocinio de la Fundación American Express. Gracias a este proyecto ya se han cambiado los marcos de ‘Las hilanderas’, de Velázquez; de ‘Hipómenes y Atalanta’, de Guido Reni... Ahora le toca el turno a ‘Mercurio y Argos’, una de las últimas obras que pintó Velázquez, que luce un marco de nueva fabricación, similar al de ‘El caballero de la mano en el pecho’, del Greco. De madera de pino y dorado al agua, ha sido realizado por el artesano José Manuel García y ha costado 15.000 euros. Oculta los añadidos del XVIII (se le añadió una banda de 25 centímetros en su parte superior y otra de 10 centímetros en la inferior), dejando a la vista solo lo pintado por el maestro sevillano. Decoró el Salón de los Espejos del Alcázar de Madrid, junto con otras tres pinturas mitológicas de Velázquez, destruidas en el incendio de 1734. Solo se salvó de las llamas ‘Mercurio y Argos’.