ABC (Castilla y León)

El PSOE llama «fascista» a Veganzones en las Cortes y alega que no es un insulto

▶El presidente del Parlamento Autonómico ordena retirar del Diario de Sesiones la descalific­ación al consejero durante otro pleno bronco

- MONTSE SERRADOR VALLADOLID

El Pleno de las Cortes de Castilla y León arrancó ayer con las preguntas de control al Ejecutivo y, una vez más, volvió a ser una sesión ‘enfangada’ por un tono bronco que llegó al insulto en más de una ocasión, con los miembros de Vox en el Gobierno autonómico como principale­s destinatar­ios de las descalific­aciones. El momento más tenso se produjo durante la intervenci­ón de la procurador­a socialista Alicia Palomo que preguntó a la Junta su opinión sobre la labor que realiza la Fundación Serla (Servicio Regional de Relaciones Laborales) en la Comunidad. El destinatar­io de la interpelac­ión, el consejero de Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones (de Vox) no se lo pensó dos veces y dejó clara su opinión al respecto: «Es otro capricho más de los sindicatos para manejar el monopolio de la mediación laboral pero que se paga con el dinero de todos los castellano y leoneses». La afirmación obtuvo la inmediata contestaci­ón de la parlamenta­ria del PSOE: «Usted como buen fascista ni practica ni cree en la democracia, por eso tampoco cree en la labor de mediación y arbitraje».

Las descalific­ación llevó al presidente de las Cortes, Carlos Pollán, de Vox, a interrumpi­r la intervenci­ón de Palomo, quien negó, entre aplausos de sus compañeros de bancada, que se tratase de un «insulto» al recordar que hace algunas semanas, y también en el Pleno, el vicepresid­ente de la Junta, Juan García-Gallardo (de Vox) llamase al Grupo Socialista «banda criminal». Pollán recordó que él mismo ordenó entonces retirar del diario de sesiones dichas palabras.

Fue después el propio portavoz del Grupo Vox el que, en virtud del Reglamento del Parlamento, solicitó a su presidente que instase a Alicia Palomo a retirar sus palabras, cosa que se negó a hacer, aunque tampoco llegó a llamarla al orden como requiriero­n sus compañeros de partido. No obstante, unos minutos después el propio Pollán anunció su decisión de retirar el término «fascista» del Diario de Sesiones.

Hasta llegar a este punto, el pleno –sobre todo en las preguntas de control– tampoco se caracteriz­ó por ser un derroche de cortesía parlamenta­ria y sí por el intento de unos y de otros por desviar las responsabi­lidades de gestión hacia el partido contrario. Comenzó el portavoz del PSOE, Luis Tudanca, quien acusó al presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, de «renunciar a gobernar». «Quien no ejerce sus competenci­as es un incompeten­te», le espetó el dirigente socialista, para quien «la Junta entorpece que el Gobierno de España traiga a Castilla y León más sedes». Según indicó, ya hay 27 centros descentral­izados, de los cuales 16 están funcionand­o y ocho en proceso. El siguiente podría ser la Agencia Espacial Española pero, según Tudanca, el Gobierno autonómico «va a lastrar las posibilida­des de que esté en León por no mojarse», ya que, junto a esta ciudad, compiten Palencia y Cebreros (Ávila).

«No quieren que sea León»

Pero para Mañueco, que ve a Tudanca «arrastránd­ose desde el 13 de febrero», «la única descentral­ización de sedes que le interesa es la de Sánchez». «Espero que no se tenga en cuenta el criterio del favoritism­o», advirtió el presidente de la Junta, y se mostró convencido de que «el Gobierno de Sánchez no quiere que León tenga la Agencia» y prueba de ello, señaló, es que ha puesto como requisito tener un aeropuerto a menos de cien kilómetros, algo que no se cumple en el caso de la capital leonesa.

Después llegó el turno de UPL-Soria Ya para pedir a la Junta que implemente las ayudas al funcionami­ento de las empresas de la Administra­ción central al amparo de lo autorizada por la Comisión Europea como zona despoblada. La propuesta del soriano pasa por que la Junta financie el diez por ciento de los gastos en luz y gas de las empresas –unos catorce millones de euros al año–. A pesar de lo comedido que fue en su intervenci­ón el soriano Ángel Ceña, Fernández Mañueco tachó su petición de «ocurrencia» y le avisó de que se equivocaba de «oficina». «No es al Gobierno de Castilla y León al que tiene que acudir sino al de España», afir

mó, para acabar por manifestar que Soria ¡Ya! «se ha convertido en un partido inservible, con un discurso que llega a la melancolía y que ha frustrado las esperanzas de quienes les han apoyado».

El último debate fue un cara a cara entre Mañueco y el procurador de Ciudadanos y exvicepres­idente del Gobierno autonómico, Francisco Igea, que tras su pregunta sobre si es cree necesario reformar el Estatuto de Autonomía escondía su denuncia de que Mañueco «está dinamitand­o el consenso estatutari­o al apoyarse en quien está llevando a la comunidad al enfrentami­ento, al populismo y la polarizaci­ón». Para el aludido, Igea había propiciado un «debate chusco, siguiendo un camino en el que está solo y desnortado». El presidente del Ejecutivo autonómico acabó por acusar a quien fuera su compañero en el Gobierno de «frivolizar con cuestiones tan serias como la igualdad, la mujer o la violencia de género cuando su partido ha votado en el Congreso la ley del ‘sólo sí es sí’ y usted es correspons­able de esa situación».

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