El puritanismo homicida
Vamos llegando ya a un virtuosismo de represión entre patético y bárbaro
Auna bodega, en un pueblo de León, le pide Igualdad que retire una valla publicitaria porque cosifica a la mujer, y a un panadero de empresa, en Barcelona, le caen siete mil euros de multa porque solicitó en un anuncio «maestro pastelero» y «dependienta», y esa petición resulta sexista, según el Ministerio de Trabajo. Vamos llegando ya a un virtuosismo de represión entre patético y bárbaro, donde los anuncios de vino tienen que resolverse con un retrato de frasco con poca curva, y las ofertas laborales explicadas en varios idiomas, no vaya a ser que la policía de la tontuna, normativa en mano, nos pida las ganancias de medio año. Estos dos ejemplos, el de la bodega y el obrador, debieran sobrar para convencernos de que alguna preceptiva de la Igualdad de la mujer empieza a incluir una estulticia cósmica. No figura la estulticia en el papel perceptivo, eso no, pero se cumple sin rubor en la práctica. La valla publicitaria de León es un fragmento de una acuarela donde se ata un mar de brochazo y una media bañista de espaldas, y esa viñeta de veraniega inocencia, más allá de que toda acuarela arrastra algo de inocencia, es la estampa promocional de la marca de vinos apercibida, desde ya bastantes años. Pero ahora resulta que cosifica, y hay que llevarse el cartelón al desván, aunque uno en el anuncio sólo aprecia un bikini, y un horizonte, y poco más. A este paso, que es más bien galope histérico, hay que retirar ya todos los anuncios de perfumes, los videoclips de reguetón, los desfiles de corsetería y los planes de campanadas de Cristina Pedroche. Y cito en corto, porque se me va acabando el artículo. En cuanto al panadero, pues sirve lo que ha dicho el hombre, que él solicitaba un puesto de trabajo bajo el título de oficio, y que en su empresa tienen contrato más mujeres que hombres. Yo mismo se lo pregunté ayer, en la mañana de Susana Griso. Y contestó como si eso importara a los demandantes. Estamos a dos jueves de la demencia, más la multa, porque en el sitio de la sensibilidad hemos admitido el de la demonización, y en el de los derechos un puritanismo homicida.