Terrazas, ruidos y noche
No lo va a tener demasiado bien el alcalde de Madrid para resolver un conflicto vecinal que ha ido a más en céntricas calles de la capital, como Ponzano, en las que los vecinos llevamos meses exigiendo más civismo, menos ruido y más puntualidad en la recogida de las terrazas. Nadie va a negar el derecho al ocio a ningún ciudadano, como ningún ciudadano puede negar a otro su derecho al descanso. Conviene hacer todo compatible con criterios de racionalidad. Sin embargo, la nueva normativa que aprueba el Ayuntamiento corre el riesgo de no satisfacer a nadie. Ni a los negocios a los que obligará a cerrar a las once de la noche, lo cual forzará a muchos de ellos a servir menos cenas y a despedir personal; ni a quienes no puedan ver garantizado que dejará de haber gritos, consumiciones en la calle y suciedad. Compleja tarea para el alcalde porque de un lado y del otro pretende asegurar votos, y eso no le va a resultar fácil. En cuestión de civismo, importa más la educación que la normativa. Y de eso andamos justitos,