Biden y Macron afianzan su unidad frente a Putin y eluden hablar de sus diferencias comerciales
▶Los presidentes de Estados Unidos y Francia advierten a Rusia: «Pagará las consecuencias de su guerra» ▶Es la primera reunión mano a mano de los dos líderes desde la crisis creada por Aukus, el pacto Indo-Pacífico
Biden «Putin cree que puede aplastar la voluntad de los que se oponen a sus ambiciones imperiales, pero no va a tener éxito»
«Ahora que la guerra vuelve a suelo europeo, tenemos que volver a ser hermanos en armas»
La invasión rusa de Ucrania ha servido para dejar atrás la mayor crisis entre Estados Unidos y Francia en la historia reciente. En una esperada visita de estado a Washington, mantenida este jueves, Joe Biden y Emmanuel Macron prometieron que sea cual sea el desenlace del conflicto en Europa, se asegurarán de que Vladímir Putin cargue últimamente con las consecuencias. Atrás quedaba así un airado enfado francés por las maniobras de la Casa Blanca para frustrar unos cuantiosos contratos militares de Francia con Australia, detonante de la pelea diplomática.
De hecho, Macron dijo este jueves, ante Biden y su gobierno, que la invasión rusa de Ucrania implica que reforzar el eje de París a Washington es más necesario que nunca. «Ahora que la guerra vuelve a suelo europeo, tras la agresión de Rusia a Ucrania y a la luz de las múltiples crisis a las que se enfrentan nuestras naciones y nuestras sociedades, tenemos que volver a ser hermanos en armas», dijo Macron a Biden en la ceremonia oficial de llegada, aquí en la Casa Blanca.
Biden dijo en una conferencia de prensa conjunta mantenida después que los socios están trabajando en planes para hacer que el régimen ruso rinda cuentas por el daño a Ucrania y el resto del mundo. «Putin cree que puede aplastar la voluntad de todos los que se oponen a sus ambiciones imperiales, pero atacar la infraestructura civil en Ucrania, cortar la energía a Europa para hacer subir los precios, exacerbar la crisis alimentaria, eso está perjudicando a personas muy vulnerables, no sólo en Ucrania sino en todo el mundo. Y no va a tener éxito», dijo. «El presidente Macron y yo hemos resuelto que vamos a seguir trabajando juntos para que Rusia rinda cuentas de sus acciones y para mitigar los impactos globales de la guerra de Putin en el resto del mundo», añadió.
Hubo un punto importante en esta conversación: qué negociaciones de paz y qué compromisos podría asumir Ucrania para poner fin a la guerra. Macron expresó en la conferencia de prensa que los aliados no pueden
Macron «Si queremos una paz duradera, hay que respetar a los ucranianos. Ellos deben decidir sobre su territorio y su futuro»
empujar a los ucranianos a un compromiso con Rusia que «no sea aceptable para ellos». «Si queremos una paz duradera, tenemos que respetar a los ucranianos, que ellos decidan el momento y las condiciones en las que negociarán sobre su territorio y su futuro», añadió el mandatario francés.
En semanas recientes, la Casa Blanca y el Pentágono han presionado de forma indirecta al presidente Ucraniano para que acepte un proceso negociador con Moscú, pero este pone como condición que primero se retire el invasor ruso. Y lo que Biden ofrezca con respecto a Ucrania, sin embargo, tiene límites. En enero, los republicanos toman el control de la Cámara de Representantes, y el líder del Partido Republicano, Kevin McCarthy, ha dicho que los legisladores de su partido acabarán con el «cheque en blanco» que Biden le ha extendido a Ucrania. Esto supone un detallado escrutinio de la ayuda militar, con el argumento de una mayor responsabilidad fiscal.
Gesto importante
La cena de Estado organizada por los Biden para Macron y su mujer, es la primera que se produce en esta presidencia estadounidense, que pronto llegará a su mitad. Es un gesto importante para la relación bilateral, pues hace solo un año, para enfado de Francia, Estados Unidos facilitó la formación de un pacto seguridad
Indo-Pacífico, llamado Aukus, por el cual Australia anuló un contrato de 65.000 millones de dólares para comprar submarinos franceses diésel y adquirir otros nucleares a Estados Unidos. París se enteró de aquel cambio por la prensa, y aquello provocó un incendio que llevó hasta a la llamada a consultas del embajador francés aquí en Washington. Ni siquiera Donald Trump, con sus constantes provocaciones y diatribas contra los socios europeos, había provocado tal ira en el Elíseo.
La visita de Macron ha tenido el punto central de coordinar la respuesta a la agresión de Rusia a Europa, en plena campaña expansionista de Putin. El presidente francés ha mantenido el contacto con el Kremlin, convirtiéndose en un mediador imprescindible desde que comenzó la guerra a principio de año. Otros socios europeos, como Alemania, han provocado incomodidad en Washington por la dependencia que siguen teniendo del suministro de gas por parte de Rusia. Los socios hablaron también de medioambiente y del auge de China en el Pacífico.
Biden acompañó a Macron al Despacho Oval y ambos mandatarios
mantuvieron una reunión bilateral con la plana mayor de sus gobiernos, incluidos los responsables de las carteras de Defensa, Exteriores y Economía de ambas potencias. «Las decisiones que tomemos hoy y en los próximos años determinarán el curso de nuestro mundo en las próximas décadas», dijo Biden en la ceremonia de llegada. Macron, al comienzo de la bilateral, admitió que los «tiempos son difíciles» en Ucrania, y también propuso que las dos naciones se doten de una mejor «sincronización» en materia medioambiental.
Macron fue recibido con todos los honores en el patio de la Casa Blanca, ante la célebre columnata semicircular: salvas de 21 cañonazos y revisión de las tropas. Los ujieres dieron a los invitados banderas americanas y francesas. Como regalo, Biden le dio a Macron un espejo hecho con madera de árboles de la Casa Blanca que es una reproducción de otro que cuelga en el Ala Oeste, una colección de discos de vinilo de grandes músicos estadounidenses y una impresión facsímil de archivo de la patente del fonógrafo de Thomas Edison de 1877.