Coalición de pícaros
Entre pillos anda el juego. Los biempensantes que se echan las manos a la cabeza con las maneras arrastradas de Iglesias o las ínfulas de Sánchez se han olvidado de lo que aprendieron en clase sobre la novela picaresca y los bajos fondos de la conciencia nacional; la turbia ralea del patio de Monipodio. Los fundadores de Podemos no son más que unos pillos crecidos en la clase media urbana y acomodada de los noventa, que se la dieron con queso a los últimos hijos o nietos del obrerismo con aquello del 15-M. Cada generación encuentra su fórmula de ascenso al poder y los podemitas se valieron del deterioro social en los cinturones industriales; en los pueblos en cambio les tomaron pronto la matrícula. Sánchez nunca romperá su coalición y Pablo Iglesias tampoco, lo que está haciendo es proceder a renegociar las condiciones, visto que el calendario se agota y que las urnas propiciarán un nuevo reparto de cartas. Lo que está haciendo es apretar al socio para asegurarse la prórroga de la relación.