Feijóo y Abascal miran ya a mayo como ensayo para las generales
El PP aspira a recuperar Valencia como primer paso para derrotar a Sánchez Los populares tienen casi todos sus candidatos regionales confirmados
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Antes del duelo final de las elecciones generales de diciembre, donde intentará desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa, Alberto Núñez Feijóo afrontará el domingo 28 de mayo una importante meta volante. O incluso antes de esa fecha, si el presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, decide que su comunidad vuelva a tener una fecha propia para celebrar las elecciones, como ocurrió en 2019, cuando se celebraron un mes antes que el resto. Y es que la Comunidad Valenciana, donde a partir de los noventa el Partido Popular (PP) estableció una larga hegemonía tanto en la región como en Valencia capital, es para los estrategas de Génova el objetivo territorial más deseado del intenso año electoral que será 2023.
El tique electoral que forman el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, candidato a la Generalitat, y María José Catalá, aspirante a la Alcaldía de la ciudad del Turia, es el que mayores alegrías podría dar a Feijóo en la segunda noche electoral que vivirá en Génova. Aunque en el cuartel general del primer partido de la oposición no se llaman a engaño sobre la dificultad de desalojar, y más al mismo tiempo, a la coalición del PSOE y Compromís tanto en la comunidad como en el Ayuntamiento a cuya cabeza está el nacionalista Joan Ribó.
Saliendo de ese territorio, tanto los candidatos como los feudos populares aparecen ‘a priori’ muy consolidados. Baste citar a Isabel Díaz Ayuso, que pujará por emular a Juan Manuel Moreno con una mayoría absoluta en Madrid que ya rozó en los comicios adelantados de 2021. O al presidente de Murcia, Fernando López Miras, con buenas perspectivas después de una
CUATRO ESCENARIOS Ayuso y López Miras
Estuvieron en los dos bandos de la guerra que acabó este año con Casado, pero ahora la presidenta madrileña y el murciano reman junto a Génova para consolidar dos de los principales feudos populares.
La duda de Azcón
El alcalde de Zaragoza y presidente del PP de Aragón medita una difícil decisión: repetir como candidato en la capital o tratar de arrebatar al socialista Javier Lambán el Gobierno autonómico.
Feudos socialistas duros
A Francisco Núñez (Castilla-La Mancha) y María Guardiola (Extremadura), les toca bailar con la más fea. El liderazgo de GarcíaPage y Fernández Vara es difícil de arrebatar, pero aun así el PP aspira a dar la campanada.
A vueltas con Navarra
Las siempre difíciles relaciones con UPN se agravan por la división en el partido foral, con la plataforma que promueven los dos diputados de Madrid expulsados, Sayas y Adanero. convulsa legislatura que comenzó en 2019 con una coalición con Ciudadanos, hecha añicos por el intento de moción de censura de la formación naranja con el PSOE, a la postre frustrado por el voto de varios diputados naranjas acusados de tránsfugas. Una y otro, Ayuso y López Miras, estuvieron en bandos enfrentados en la guerra interna que terminó con la era de Pablo Casado este mismo año, pero ahora la armonía de los barones territoriales con la dirección nacional no desafina en ningún rincón.
La decisión de Azcón
Y al margen de los feudos propios, tampoco se descarta dar la campanada arrebatando al PSOE alguno de los suyos. La principal incógnita es si el alcalde de Zaragoza y presidente del PP de Aragón, Jorge Azcón, optará por disputarle las autonómicas al actual presidente aragonés, el veterano socialista Javier Lambán, protagonista esta semana por sus declaraciones contra Sánchez de las que la dirección socialista le ha obligado a retractarse.
En comunidades como Extremadura las perspectivas demoscópicas no parecen del todo malas pese a la envergadura del rival, otro peso pesado entre los barones socialistas como Guillermo Fernández Vara, y al poco tiempo que lleva ejerciendo como candidata del PP María Guardiola, elegida presidenta de los populares extremos el pasado verano. No lo tiene fácil, desde luego, como tampoco su homólogo en Castilla-La Mancha, Francisco Núñez, con el reto de medirse a Emiliano García-Page, presidente de la Junta castellanomanchega, y su vitola de socialista díscolo con Sánchez. Un aspecto que precisamente el PP se ha esforzado en combatir las últimas semanas, pidiéndole que si realmente está en contra de algunas reformas del Gobierno, singularmente de la supresión del delito de sedición, haga algo más que meras declaraciones al respecto.
A nivel municipal hay menos candidatos elegidos, pero los populares confían en mantener a sus principales alcaldes, como el de la capital de España, José Luis Martínez-Almeida. Aunque admiten que la cita local puede ser más beneficiosa para Sánchez, dado que el PSOE tiene posibilidades de recuperar el bastón de mando en Valencia y en Barcelona. Precisamente en la Ciudad Condal es una de las plazas donde los populares no tienen nada claro el candidato.
Otra incógnita es Navarra, donde gobierna la socialista María Chivite gracias a Bildu. La tradicional coalición con UPN se complica con la plataforma creada por los dos diputados de ese partido en Madrid expulsados del partido foral, Carlos Adanero y Sergio Sayas. Una división que podría volver a pasar factura al centro-derecha.
Los populares confían en consolidar sus feudos e incluso en lograr alguna mayoría absoluta más como la de Andalucía
parece que vaya a ser un actor diferencial, por lo que los dos partidos deberán aprender a convivir, con la experiencia previa de Castilla y León.
El PP y Vox avanzan a las elecciones autonómicas y municipales de mayo con la vista puesta ya en las generales. A diferencia del 2019, Ciudadanos no