Rufián desenmascara a Sánchez: presionó con los PGE para derogar la sedición
▶ El partido reconoce que se negocia la «malversación», pero pide «discreción»
Que la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) entre el PSOE y ERC estuvo marcada por la reforma de la sedición era una evidencia política que, con matices, ambos partidos han venido negando. Finalmente, ayer el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, reconoció que su partido utilizó el voto al proyecto de PGE de 2023 como «palanca de fuerza» para forzar al Gobierno de coalición a eliminar el delito de sedición por el que fueron condenados los líderes del ‘procés’ independentista catalán.
«Desgraciadamente muchas veces tenemos que utilizar palancas de fuerza para que el PSOE se mueva, incluso en compromisos que, de hecho, son suyos», explicó Rufián en declaraciones a RNE recogidas por Ep, antes resaltar que la legislatura está llegando a su término y este compromiso continuaba sin cumplirse. Esa proposición de ley del PSOE y Unidas Podemos, que ya ha superado dos votaciones en el Pleno del Congreso, una de ellas a la una de la madrugada, tendrá su siguiente escala el próximo 9 de diciembre con la presentación de las enmiendas al articulado, y ahí se verá si algún grupo parlamentario apuesta por aprovechar para modificar también el delito de malversación, como también pide ERC.
El portavoz de ERC, que inicialmente desvinculaba los presupuestos del fin de la sedición, insistió en que su formación no busca utilizar estas «palancas externas» y responsabilizó al PSOE por este extremo. «Si esto es así es porque son las maneras, las formas y los tiempos del PSOE», apuntó, expresando su deseo de poder sentarse con los socialistas o el propio Gobierno, en coalición con Unidas Podemos.
«Pero es que entonces nos marean, incluso nos mienten», lamentó.
En esta línea, consideró «importante «que la eliminación de la sedición se consume antes de final de año porque los asuntos que su partido considera «buenos» han de hacerse con «celeridad». «No hay por qué alargar las cosas de manera artificial», agregó, antes de asegurar que, si bien «confían» en el PSOE, no se puede «obviar» que hay asuntos «progresistas» que le «cuestan muchísimo».
«Ser quirúrgicos»
El siguiente asunto que debe resolverse, o descartarse, es el de la malversación. Aunque hace pocas semanas se daba por descontado que a la sedición le seguiría la malversación, la reacción negativa de una parte del PSOE, pero también de Podemos, reacios ambos partidos a una modificación del Código Penal que pudiese leerse como una amnistía de facto a la corrupción política, pareció que frenaba el proyecto. Ayer Rufián reconoció dificultades al respecto, pero en ningún caso que la reforma se haya descartado.
En referencia a la posibilidad de introducir enmiendas al respecto, Rufián insistió en ser «discretos» con la negociación, al tiempo que reconoció que es «complicadísimo» alcanzar un «equilibrio» para que no termine beneficiando a los condenados por corrupción. «Hay que ser quirúrgico», precisó. De forma paralela, abogó por que el Código Penal no se utilice «como un juguete» en manos de un juez «con unos intereses ideológicos determinados».
Fue durante la tercera reunión de la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat cuando, entre otras medidas como el blindaje de la inmersión lingüística en la escuela, ambos ejecutivos se comprometieron a emprender reformas legales que contribuyesen a avanzar en la «desjudicialización» del conflicto en Cataluña. El acuerdo de la mesa fijaba final de año como plazo máximo, un compromiso, PGE mediante, finalmente cumplido.