Los seis sobres con material pirotécnico fueron enviados desde Valladolid
La Comisaría General de Información remitió el pasado jueves un escrito al juez de l de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, que investiga el envío de seis sobres con material pirotécnico al Palacio de la Moncloa, la Embajada de Ucrania, la Base de Torrejón, el Ministerio de Defensa, una empresa de armamento de Zaragoza y la Embajada de Estados Unidos. En el documento se confirma, tal como informó ABC, que todas las fueron confeccionadas por un mismo autor y que se habían echado al correo desde un punto de la provincia de Valladolid, por el momento no identificado.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional explica que los investigadores no piden la práctica de diligencia alguna y que no hay el menor rastro del autor de los envíos y que las pesquisas «están lejos de estar encauzadas». De hecho, las fuentes consultadas por ABC creen que va a ser muy complicado que se pueda llegar al individuo o individuos que están detrás de los envíos. Por ahora nadie ha reivindicado estos sucesos.
Provocar alarma
La principal hipótesis es que detrás de estas acciones no hay un grupo organizado, sino que se trata de una actuación puntual de uno o varios individuos que quieren provocar alarma social y que tienen como objetivo sedes de instituciones, empresas y legaciones diplomáticas de países que se han posicionado en contra de Rusia por la invasión de Ucrania.
Estos seis envíos nada tendrían que ver con los sobres ensangrentados y con ojos de animales aplastados que varias embajadas de Ucrania en Europa –también la de España, ayer–, recibieron en los últimos días. Se trata de «paquetes sangrientos» con ojos de animales que han llegado a las legaciones de ese país en Hungría, Países Bajos, Polonia, Croacia e Italia, aunque también se han registrado envíos sospechosos en consulados del país en Polonia, República Checa e Italia.
El recibido en la Embajada de Madrid fue enviado desde el extranjero, por lo que se descarta su vinculación con los otros seis. Las policías de los países afectados no han desvelado desde qué ciudad concreta se han hecho los envíos a legaciones diplomáticas e intercambian información operativa para tratar de aclarar los hechos.