El osito en la mochila de una niña, prueba clave
Colgado de la cremallera de su mochila, una alumna llevó a clase cada día un oso de peluche con una grabadora dentro. Según el relato de los padres, colocaron el micrófono tras notar una bajada en su rendimiento, ante la sospecha de que pudiera estar siendo víctima de algún tipo de maltrato en el colegio y después de que el centro educativo asegurara que no pasaba nada. De esta manera y durante meses, el oso de peluche fue testigo de todo cuanto sucedía en el aula.
El tono empleado por las profesoras era «violento» y «amenazante». Así lo declararon también los padres del resto de alumnos en dependencias policiales al estallar el caso, cuando una de las docentes encontró la grabadora. Los audios se han convertido en una prueba clave para el juicio que se
celebrará próximamente.