ABC (Castilla y León)

Vosotros no lo vais a entender

- GARABITO

Por las ventanas de la pecera del Círculo de Recreo pasa Valladolid cada día. Valladolid, muchacha fría con dos gotas de diciembre y chaquetón de niebla. Las ventanas del Casino de Duque de la Victoria son los espejos en los que se refleja y se gusta Valladolid. Y a mí me deslumbra también, no lo niego. La ciudad se mira desde dentro de este edificio de otra forma, con los ojos de los siglos que están cansados de mirar tanto, que no ven bien de lejos ni de cerca y los cristales progresivo­s de los ventanales le ayudan a enfocar. No son los cristales del esperpento de Valle deformando nada, sencillame­nte son vidrios por los que la vida pasa más lenta y se conserva en formol de terciopelo­s rojos y maderas y molduras y frescos. Uno entra desde 2022 y al mirar de dentro a fuera por los cristales de la pecera es todavía finales del XIX, 1930 o 2022.

Valladolid, que unos días se ve muy cría y otros días se ve señora. El Círculo de Recreo es donde se cocía la vida intelectua­l de los escritores con tertulia, los poetas, los políticos, los médicos… Como el Café Novelty en Salamanca, el Gijón en Madrid, pero con un toque más aristocrát­ico, que para eso esto es Valladolid. Nuestro Café Varela de ahora en Preciados 37, donde nos juntamos los amigos a la vera de Melquíades, mecenas de todo lo bueno que sucede en Madrid.

Dice mi hermana Carolina que acaba de descubrir que se le llama pecera porque era donde iban los peces gordos hace casi un siglo. Peces de los que sólo quedan las raspas porque pocos se acuerdan hoy. Peces a los que se les comió un pez más grande que nos devora a todos: la modernidad. En el Círculo estaba don Paco, que de los dos Cossío era el mejor. Lo mismo que ocurría con los Machado, cuando el conocido era Antonio, pero el interesant­e Manuel. Y allí acudía también Paco Martín Abril, Corral Castanedo, Félix Antonio Gónzalez, Eduardo García Benito, pintor de rojo sobre fondo gris con París a cuestas. Se hacía acompañar por José Delfín y mi abuelo Godo desde el Cuatro de Marzo cuando eran muy jóvenes y todos escribían y publicaban y bebían y vivían en el Casino.

El Casino es un cadáver hermosísim­o que alguna vez tuvo vida, pulso, juergas, champán, piernas largas que subían sus escaleras en Nochevieja. Iba la gente de esmoquin y salían de madrugada sin arrugas y sin descamisar. Eran otros tiempos, mucho mejores –sin duda– en el que a las señoras se les abría la puerta.

El Círculo de Recreo cualquier día de estos nos da la sorpresa y le da por resucitar.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain