Matan a bocajarro a un menor de 15 años en un barrio de Madrid castigado por las bandas latinas
La ejecución a tiros se produjo en una plaza llena de jóvenes frente a la casa de la víctima; hay otro chico herido
El menor no estaba fichado, pero tenía apuntes policiales por su relación con los Trinitarios; la Policía busca al asesino
Se llamaba William B. V. y el pasado 25 de noviembre cumplió 15 años. Ahora, yace en la morgue, a la espera de que el juzgado permita su sepultura. A mediodía de ayer, una veintena de chicos y chicas de más o menos su edad levantaban un altar improvisado en una esquina de la plaza donde le dieron muerte el domingo pasadas las once de la noche en el distrito de Villaverde de Madrid; a solo veinte metros del portal de su casa, desde la que su madre vio al crío, agonizando, mientras el pistolero que le había disparado en al menos dos ocasiones huía.
Era un chico modélico en el barrio, no solo para sus familiares. Sin embargo, fuentes de toda solvencia indican a ABC que, aunque no estaba fichado como miembro activo de los Trinitarios, sí tenía apuntes en la base de datos por relacionarse con ellos. Por eso, se sospecha que su ejecutor es un Dominican Don’t Play (DDP), la otra gran banda latina de la capital y que mantiene una continua fricción con los Trinitarios por el control de Villaverde y Usera.
Sobre el móvil, una de las hipótesis con las que se trabaja es que el asesinato responda a una rencilla previa entre líderes de ambos grupos; se apunta a una venganza, pero no está claro que fuera directamente contra el finado, sino que se le eligió como instrumento de la ‘vendetta’.
William es hijo y nieto de dominicanos, aunque él ya nació en España. Sus padres llegaron a Madrid hace menos de veinte años y, mediante la reagrupación familiar, trajeron a Franklin, uno de sus hermanos, que tiene 27 años. Otro reside en Estados Unidos. Ramón, su abuelo paterno, de 68 años, explicó a ABC, en la misma plazoleta, que William le había dicho que «era su día de vacaciones», en referencia a que «no tenía pensado salir esa noche». «Se había pasado todo el día acostado y, tras cenar, los amiguitos le dijeron que bajara un rato al parque. Le dijo a mi hija si podía ir con ellos. ‘Pero hace mucho frío, hijo’. Él insistió: ‘Solo va a ser un rato’. A la media hora, lo habían matado», detalla Ramón.
Franklin, el hermano, atendió también a este diario y negaba que William tuviera nada que ver con grupos juveniles: «Mi madre le decía que no saliera, porque le daban miedo las bandas. ‘Baja, pero te quedas en el parquecito’, le pedía». En ese parque se juntó el domingo «con seis u ocho chicos más».
Cuatro testigos vieron cómo, mientras el menor hablaba con un amigo, Alifreson, de 21 años, apareció otro chaval, probablemente menor de edad, con una pistola. Llevaba una gorra, mascarilla oscura, una cazadora azul y apenas medía un metro sesenta. Disparó «a bocajarro» contra el adolescente, en la mitad superior del cuerpo, dañándole el pecho y la espalda.
El sospechoso salió corriendo «en sentido la boca de Metro de Villaverde Alto», que está a 400 metros. El acompañante del finado intentó reaccionar al tiroteo, yendo contra el homicida, y lo que consiguió fue recibir otros dos tiros en el abdomen. Al cierre de esta edición, estaba a la espera de ser dado de alta y aún no se le había tomado declaración. Las fuentes consultadas, además, no se decantan por una sola manera de huida del sicario: pudo ser en Metro, a la carrera o ayudado por dos compinches, como señalaron algunos testigos. «Estamos estudiando todas las posibilidades, porque es pronto para tener algo claro», relataron.
El año más sangriento
Este último crimen eleva a cinco los homicidios de bandas latinas cometidos en la Comunidad de Madrid en este 2022, además de los dos ocurridos en las localidades de Alcorcón y Fuenlabrada, a primeros de octubre, con pandilleros entre sus filas pero con motivaciones distintas, como los ataques de celos. Con estas cifras, se trata del peor ejercicio en cuanto a muertes de los últimos años. También llevamos, según el recuento de este periódico, unas 40 agresiones con heridos. De hecho, el sábado hubo otro episodio muy violento en el distrito de Usera, con un joven de 16 años apuñalado en una reyerta entre bandas rivales.