ABC (Castilla y León)

«Y era Paco Arellano, y le quería»

Francisco Javier Arellano Selma Una de las personas que más sabían de ciencia ficción y de fantasy, de novelas de aventuras y de revistas pulp

- LUIS ALBERTO DE CUENCA

CREO que fue en 1979, cuando los vientos de la movida madrileña soplaban con furia en la mente de tantos adictos al desastre. Pero en el corazón de Francisco Javier Arellano Selma (Paco Arellano para los amigos) solo latían brisas apacibles que llegaban a los balcones de su piso en la madrileña calle de Dulcinea, trasladand­o inquietude­s literarias y editoriale­s hasta la misma mesa de su despacho.

Ahora Paco ha cerrado la tercera fecha realmente importante de su paso por el mundo con un adiós imprevisto que nos ha dejado a su familia y a sus amigos perplejos y dolientes, como extraterre­stres que han olvidado el camino de vuelta a casa. Veamos cuáles son esas tres fechas: la de su nacimiento, en 1953; la de su boda con Amparo Nieto Bort (Ampa para los amigos) en 1977, de cuya unión nacieron dos hijos, Arturo y Francisco Javier; y la de su muerte –una muerte a traición, por la espalda, sin avisar–, que ha tenido lugar en una UCI del hospital de la Paz el sábado 3 de diciembre de 2022 a las 12 del mediodía (un «mediodía injusto», al contrario que el de Paul Valéry).

La fecha que inicia estas líneas apunta en dirección a mí, pues debió de ser en 1979 cuando dediqué a Francisco Arellano un muy difundido soneto cuyo último verso, con la única variante de sustituir ‘me’ por ‘le’, reproduzco como rótulo de la presente necrológic­a. Paco fue una de las personas que más sabían de ciencia ficción y de fantasy, de novelas de aventuras y de revistas pulp que se han cruzado en mi camino. Su biblioteca era, es y será una suerte de felicidad para el que tenga enfrente sus numerosas estantería­s de madera de pino (así las recuerdo), atiborrada­s de volúmenes de todos los tamaños y obligatori­amente relacionad­os con lo fantástico ‘lato sensu’. Su editorial, ‘La Biblioteca del Laberinto’, tiene un catálogo excepciona­l. Paco convoca en él a gente estupenda como Edgar Rice Burroughs, R. E. Howard, Agustín Jaureguíza­r, Ray Bradbury, Saiz Cidoncha, Sprague De Camp, Foxá, varias seleccione­s de la mítica revista Weird Tales, Martín Lalanda, etc. Sin olvidar aportacion­es femeninas como las de Leigh Brackett, C. L. Moore o Andre Norton, ni las casi cuarenta entregas de la formidable revista Delirio.

El pasado verano urdí un poema que aún no tiene título, pero que tuvo desde un principio dedicatari­os: Ampa Nieto y Paco Arellano. Sus primeros alejandrin­os dicen: «En aquel tiempo, a fines de los años 70 / del siglo XX, había océanos de luz, / ciudades en el cielo y monstruos voladores / de bronce. Y en las vastas praderas carmesíes / pastaban unos toros de color rojo intenso, / más altos que castillos...». Esos versos y los que siguen son un homenaje casi literal al comienzo de ‘El Caballero de las Espadas’, la primera novela de una maravillos­a trilogía de Moorcock que Paco Arellano publicó con su sello primitivo ‘Francisco Arellano, Editor’ en 1978.

Desde entonces hasta hoy Paco ha sido uno de mis mejores amigos. Ahora lo seguirá siendo, aunque ya no podamos vernos. Hasta que nuestras almas se reúnan de nuevo en el país de luz del que nadie regresa.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain