Blinken viaja por primera vez a Pekín en medio de un grave deterioro de las relaciones
El jefe de la diplomacia de EE.UU., Antony Blinken, visita este fin de semana China, en su primer viaje como secretario de Estado al gigante asiático. La explicación de que haya tardado tanto se debe a la política china de Covid cero, que dificultaba el viaje de mandatarios extranjeros.
El secretario de Estado de EE.UU. llegará en un momento de fuertes tensiones entre las dos grandes potencias globales. Blinken tiene el objetivo de estabilizar las relaciones, reafirmar los canales de comunicación y establecer un marco que evite un conflicto grave. La posibilidad de una guerra –con la mecha de una posible invasión de Taiwán por parte de China– es algo de lo que se habla con cada vez más fuerza en ambos países. La semana pasada, por ejemplo, se conoció una circular de un general estadounidense de las fuerzas aéreas que situaba el conflicto en 2025.
La visita de Blinken también llega en un momento en el que EE.UU. batalla por contener el empuje económico de China. Esta misma semana, Washington incluyó a gigantes del comercio online, como Alibaba y Tencent, en su lista de actores que permiten el tráfico de productos falsificados; celebró un encuentro con India para profundizar su cooperación en el sector tecnológico; y firmó un acuerdo con Japón y Washington sobre semiconductores para arrinconar a China.
Blinken tiene que hacer frente a su vez a las presiones internas en EE.UU. que exigen que la Administración Biden sea mucho más dura con Pekín. Ayer recibió una carta de 14 senadores republicanos que le pidieron que redoble las exigencias en materia de comercio, derechos humanos e intervencionismo en la región Asia-Pacífico.