Un río artificial en el desierto para el piragüismo
El equipo español de eslalon prepara el año preolímpico en un increíble complejo acuático de Abu Dabi
El desierto de Rub Al-Khali es la mayor extensión de arena de la Tierra. Kilómetros y kilómetros en los que la vista solo acierta a ver dunas en un paisaje que se funde con el horizonte. Un lugar inhóspito junto al que emerge, como una suerte de oasis, un río artificial que es la envidia de medio mundo. El sueño de cualquier palista de eslalon. Un paraíso donde se concentran cada invierno los mejores profesionales de esta modalidad de piragüismo con el objetivo de acumular horas de entrenamiento que serían imposibles en sus países de origen y hasta donde ha llegado este invierno parte del equipo español de piragüismo.
Para llegar hasta él, lo más habitual es aterrizar en una de las modernas capitales de cualquiera de los Emiratos Árabes y conducir un par de horas desde allí hasta Al-Ain, en cuyas afueras se encuentra el ‘Wadi Adventure Park’, un centro acuático de carácter turístico que durante estos meses de invierno se convierte en una especie de centro de alto rendimiento para palistas de todo el mundo.
A un lado del complejo está el Jebel Hafeet, una de las montañas más altas de los Emiratos, y al otro se extiende el desierto. Mar de arena que ejerce de paisaje en cada una de las bajadas que realizan estos días los palistas del equipo nacional. «Es la semana más fría del invierno árabe y estamos durante el día a unos 25 grados. El agua está perfecta y podemos llevar a cabo un entrenamiento de calidad que resulta imposible en España», explica a ABC David Llorente, una de las cabezas visibles de la selección de eslalon. En los 15 días que él y sus compañeros van a pasar en Abu Dabi acumularán más tiempo en el agua que en tres meses bajo el frío de la Seu D’Urgell, cuartel general del equipo durante la mayor parte del año. «Allí ahora están con temperaturas bajo cero y hay que romper el hielo literalmente para poder entrenar. Cuando haces una bajada así y te salpica el agua es inevitable que el cuerpo se encoja. No remas en condiciones normales. No es un entrenamiento lógico y por eso estar aquí te ayuda al objetivo final de estar en podio en todas las competiciones», señala el palista, cuyo objetivo es París 2024.
Las palabras de Llorente no responden a una visión subjetiva. El 88 por ciento de los finalistas en Tokio 2020 habían llevado a cabo una concentración invernal en calor. «El volumen que te da este tipo de entrenamientos es fundamental. Otros años hemos llevado a cabo una preparación de este tipo en Australia o la Isla Reunión, pero esto es mucho más cómodo para nosotros, porque está más cerca y el cambio horario es menor», señala a ABC Guillermo Díez-Canedo, director técnico de eslalon de la Federación (RFEP).
Cinco bombas hidráulicas
No hay muchos canales en el mundo con las características necesarias para albergar este tipo de concentraciones invernales en calor y el de Al-Ain es, sin duda, el mejor para los españoles. Inaugurado hace una década, el Wadi Adventure es un pequeño milagro de la ingeniería. Está situado a las puertas de uno de los mayores desiertos del mundo, el agua se extrae del mar en una ciudad costera situada a casi 200 kilómetros y se lleva hasta allí a través de unas tuberías. Hay cinco bombas hidráulicas que funcionan sin descanso durante doce horas para alimentar los 1.100 metros de longitud que tiene el canal, por donde circulan 350 millones de litros de agua. La cantidad que haría falta para llenar cien piscinas olímpicas. Todo a lo grande. Como el propio complejo en el que conviven el canal de aguas bravas y una de las piscinas de olas artificiales más grandes del mundo. «Es el Disneyland de la canoa. Un lugar especial en el que construir los sueños», señala el federativo.
Los equipos que se concentran allí, como el español, residen en unas villas colindantes que se convierten en una especie de campamentos de verano. Espacio para el intercambio de información que fomenta el conocimiento técnico entre palistas de todo el mundo. «Aquí estamos todos los equipos. En cada casa hay dos habitaciones dobles, dos baños y una cocina. Dormimos y cocinamos. Tenemos todo lo necesario. Es un lugar ideal», señala Llorente.
Objetivo Mundial
Aunque Al-Ain es una de las ciudades más importantes de los Emiratos, poco o nada se puede hacer allí que no sea entrenar. «Apenas tenemos tiempo, porque entrenamos mañana y tarde. Cuando tenemos libre, algunos se van a hacer turismo a Abu Dabi o Dubái, pero yo que ya lo conozco prefiero quedarme tranquilo y hacer vida con la gente de aquí, para conocer su cultura. Como mucho, si tienes algún amigo de aquí, puedes ir al desierto a hacer un poco el loco con las dunas en un quad y ver la puesta de sol», señala Llorente, una de las firmes promesas de España para París 2024.
Para hacer realidad esta concentración, la RFEP ha tenido que desembolsar alrededor de 35.000 euros, financiados, en parte, con fondos obtenidos del Plan Élite España, lanzado por el Gobierno para ayudar a mejorar las condiciones de los deportistas con opciones de ganar medalla en los próximos Juegos. «Además de los seis palistas y tres técnicos, este plan nos ha permitido traer a Abu Dabi un ‘sparring’ para trabajar con Mikel Travé en C1 y también un fisioterapeuta», apunta Díez-Canedo, feliz por ver cómo parte del equipo nacional puede disfrutar de un entrenamiento de calidad que hace años era impensable.
En el horizonte está ya la Copa de España (25-26 de febrero) con la que se dará comienzo a la temporada nacional y la Copa Pirineos de Pau (1819 de marzo), primera cita internacional. Aperitivos para el Mundial de Londres (19-24 de septiembre) donde se repartirán la mayor parte de las plazas para París 2024.
Para alimentar los 1.100 metros del canal, se traen 350 millones de litros de agua del mar desde Fujaira, ciudad situada a 200 kms.