Recta final
Nos acercamos a las municipales del domingo con la sensación de que todo está muy abierto en gran parte de Castilla y León. Si miramos a los grandes núcleos de población, solo en Zamora y Soria se ven las cosas claras, y Francisco Guarido y Carlos Martínez tienen asegurada la reelección. Pero en el resto, todo aparece bastante abierto y un puñado de votos pueden decantar el color, más bien la coalición, que permitirá gobernar los próximos cuatro años.
El PSOE, que ha gobernado la mayor parte de las capitales y grandes ciudades, ha echado el resto en esta campaña, por la que han desfilado ministros y más ministras, con el acto central de campaña del pasado domingo con Pedro Sánchez, quien por cierto poco habló de Valladolid y sí mucho de su libro, que no es otro que la venta de las acciones de su Gobierno Nacional. Ha sido precisamente Pedro Sánchez quien más se ha empeñado en que esta campaña se haya teñido de la vida política nacional en un claro intento de auto reivindicarse, cuando no testar sus fuerzas, ante la convocatoria del mes de diciembre. Esta política, que también han seguido los restantes partidos de implantación nacional, ha evitado que la campaña municipal se ciñera a los límites de cada plaza y los temas locales hayan tenido que luchar por abrirse hueco, como fuera, en el debate y los actos de los candidatos. El ruido nacional ha sido tan grande, tan estruendoso, que ha tenido lugar preferente en las informaciones de todos los medios.
Como ya he comentado, en Castilla y León y al margen del interés lógico de lo que pase en cada municipio, que es lo que afecta directamente a cada ciudadano, el interés político se centra en la capital vallisoletana donde, según todas las encuestas que se conocen, el PSOE aventaja ligeramente al PP y un puñado de votos deciden un concejal que aparece decisivo. Por eso los partidos se vuelcan en esta recta final, ya más centrada en el proyecto de ciudad.
Tanto el PP como el PSOE saben que ganar Valladolid será el escaparate del resultado electoral del próximo domingo y tanto uno como otro partido saben que cuando pase el domingo, se abre una nueva campaña de cara a las generales, que es la madre de todas las batallas electorales. Veremos entonces si la estrategia nacional desplegada hasta ahora es un éxito o un absoluto fracaso.