Sumar teme volver a las urnas y Yolanda Díaz pide «cuidar» la coalición
▶ La vicepresidenta aborda con su equipo los diferentes escenarios posibles
El órdago del presidente
La vicepresidenta Yolanda Díaz lleva desde la tarde del miércoles con su equipo analizando qué escenarios se abren a partir de ahora y cómo reaccionar a lo que venga. La incertidumbre tiene en vilo al socio minoritario del Gobierno. La posibilidad de que la decisión de Sánchez, sea cual sea, conduzca a corto plazo a un adelanto electoral genera una gran preocupación. Sumar desea evitar un escenario de corte plebiscitario que sería muy negativo para su proyecto, en un momento además en el que han aflorado las tensiones y la falta de entendimiento de los partidos que lo componen con Yolanda Díaz por la configuración de las listas electorales y el peso que cada uno tiene en las estructuras orgánicas de su partido.
Los dirigentes de Sumar y de las siglas que integran la coalición electoral liderada por la vicepresidenta segunda del Gobierno están mostrando su apoyo al presidente, Pedro Sánchez, después de que anunciara que reflexionará hasta el lunes si presenta su dimisión tras la investigación judicial abierta sobre su mujer, Begoña Gómez, que tilda de «estrategia de acoso y derribo» de la derecha y la extrema derecha contra él y su familia.
Cierran filas contra el enemigo común, «la guerra sucia judicial», incluso llaman a la movilización en defensa de Sánchez. No obstante, también maniobran para no perder relevancia política en un momento en el que el PSOE está logrando una ola de adhesiones. De hecho, la vicepresidenta segunda ha dicho que la situación no va de proteger a Sánchez, sino a la propia democracia.
Y los principales dirigentes del partido de Díaz subrayan en público y en privado que para proteger a la democracia de estas prácticas hay que velar por la estabilidad del Gobierno de coalición del que son parte. «Lo que está en juego no es el aguante de una persona, tampoco va de un partido. Es una cuestión de reforzar nuestra democracia», escribió Díaz en sus redes sociales después de compartir una reflexión de su portavoz en el Congreso, Íñigo Errejón, en el mismo sentido: «Lo que está en juego no es una persona, no es un problema sobre un partido ni sobre dos, es un problema sobre el estado de la democracia en España y de esto hay que salir reforzándola, equilibrando y redistribuyendo el poder y garantizando que no vuelva a pasar, no queremos que nos pase lo mismo que le pasó a los portugueses».
La vicepresidenta estaba en la tarde del pasado miércoles en la presentación de un libro en la librería madrileña La Central del Museo Reina Sofía cuando tuvo conocimiento de los planes de Sánchez, poco antes de que se hiciera pública la carta. En ese momento, le trasladó su apoyo en privado además de su mensaje en redes sociales, que llegó un tiempo después.
«Todo el apoyo y respeto a la decisión y reflexión personal del presidente del Gobierno en un momento difícil», escribió Díaz públicamente. El mensaje de la vicepresidenta se hizo esperar y desde su equipo pidieron a los periodistas prudencia y tiempo mientras calibraban la reacción. Ya desde ayer Díaz apeló a cuidar la mayoría de la investidura y la coalición de Gobierno de PSOE y Sumar. «La ofensiva de la derecha ultra no puede salirse con la suya. Hay que defender la democracia, el bloque progresista y la legitimidad del Gobierno de coalición que tanto ha mejorado la vida de la gente en nuestro país», continuó.
Planteaba Errejón también que «este Gobierno merece la pena» y que en estos momentos «hay una mayoría para poder avanzar en el Congreso», por muy difícil que esté siendo darle ritmo legislativo a este mandato. Algo que preocupa mucho a Sumar.
En Sumar admiten que no saben cuál será la decisión de Sánchez ni si la tiene ya tomada. El propio Errejón ha valorado la posibilidad de que el presidente se someta a una cuestión de confianza recordando que requiere una mayoría simple de la que ya dispone si cuenta con el apoyo de PSOE, Sumar, Podemos, ERC, Junts, PNV, Bildu, BNG y Coalición Canaria. Pero lo cierto es que desconocen sus intenciones. Y eso es lo que más les preocupa.
El ministro de Cultura y portavoz de la formación, Ernest Urtasun, apeló al votante de izquierdas de las generales. «Un mensaje para los votantes progresistas que el 23 de julio derrotaron a la derecha: es el momento de la firmeza democrática. Ningún grupo ultraderechista va a poder parar las políticas para ampliar derechos y mejorar la vida de la gente», señaló.
BARCELONA
Cataluña entró anoche en una campaña electoral que finalizará el 10 de mayo. Están llamadas a las urnas del segundo domingo de mayo 5.754.840 personas que elegirán a los 135 diputados autonómicos que forman la Cámara del Parque de la Ciudadela de Barcelona. La legislatura finalizó el pasado 13 de marzo cuando Pere Aragonès convocó a los catalanes a las urnas y el Parlament se disolvió. Desde 2010, la legislatura que arrancó en 2021 fue la más larga, tres años y siete días, lo que da cuenta de la inestabilidad política en la que viven los catalanes desde entonces. Antes del 10 de junio se constituirá el nuevo Parlament, que deberá investir al sucesor de Aragonès o renovar su confianza en él.
La decisión del líder de Junts, Carles Puigdemont, de presentarse como candidato de su partido, totalmente personalista, a las elecciones y con opciones de repetir al frente de la Generalitat ha dado un impulso a una formación, convertida más en movimiento, que estaba alicaída tras salir del Govern en otoño de 2022. Las encuestas auguran una victoria de Junts en la lucha de estos con ERC, por ser el partido hegemónico del espacio independentista, pero no ganarían a Salvador Illa (PSC).
Hasta el miércoles, Puigdemont tenía la iniciativa de cara a la campaña electoral. Pero desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, escribió y publicó la carta anunciando que se tomaba cinco días de desconexión para valorar si dimitía, esta iniciativa tendrá un impacto en el electorado. ¿Pero en qué medida? Está por ver. Podría movilizar a un sector que simpatiza con el socialismo pero que no está a favor de la amnistía. Pero si el electorado ve en la carta una jugada solo política podría desactivar a aquellos y activar un voto contra Sánchez.
Todos los sondeos de intención de voto y proyección de escaños advierten de un crecimiento del PP. Los de Alejandro Fernández tienen, ahora, tres asientos en el Parlament y podrían multiplicar hasta por cinco este resultado. Las expectativas son altas y un exceso de confianza puede convertirse en
una decepción la misma noche electoral. «Queremos hacer calle, mucha calle, y no nos ponemos límite en el resultado del 12-M», apuntan desde Urgel, el cuartel general de los populares en Barcelona. A pesar de este crecimiento, Vox –siempre según las encuestas– no perdería mucho. Salió de 2021 con 11 diputados y, en el peor de los casos, tres años después, se quedaría en ocho escaños. La suma de ambos sería un resultado espectacular para el constitucionalismo conservador catalán. Una suma en la que, probablemente, no se pueda incluir (o no aporte nada, en realidad), a Ciudadanos (CS), pues las encuestas apuntan a su desaparición. «Los sondeos siempre nos dan menos de lo que luego obtenemos. Ya nos pasó en 2010», defienden los de la formación naranja para señalar que la verdadera encuesta es la del 12 de mayo.
En cualquier caso, una quinta clave puede ser si las elecciones del 12M son solo una primera vuelta. Un bloqueo electoral no es una opción imposible. Si los grupos independentistas no suman 68 en el nuevo Parlament y la alternativa –un tripartito de izquierdas es la opción con más probabilidades– no llega a un acuerdo para la investidura del sucesor de Aragonès, la posibilidad de una repetición electoral ganaría enteros. PSC, ERC y Junts son los tres partidos con más representantes y así parece que seguirá siéndolo dentro de 16 días. El número que abre la legislatura es 68.