MIR rural, aprendizaje «completo» y «cercanía»
a última elección de las plazas para la formación de los futuros médicos como especialistas ha vuelto a enviar el mismo mensaje que en los últimos tiempos: la Atención Primaria no seduce a los sanitarios más jóvenes. Es la que más plazas vacantes vuelve a dejar. En Castilla y León han quedado libres 47 –casi un 25 por ciento de las 190 ofertadas– tras una repesca lanzada por el Ministerio de Sanidad que algo ha mejorado el escenario inicial, pero no ha llegado a cubrir todos los vacíos. Así, en España han sido 246 los puestos de Medicina de Familia y Comunitaria que han quedado en blanco, casi el doble que el año pasado, algo que hace prever que el déficit de personal que ya tiene la especialidad, más acuciante en los pueblos, no se solucionará en el corto plazo.
Son destinos como Soria y el medio rural los que acumulan la falta de aspirantes. Agrupan casi la mitad de las puestos libres, con once cada una. En
Lel caso de la provincia soriana, de los quince destinos ofrecidos se han cubierto cuatro, pero Miranda de Ebro (Burgos) no ha conseguido ningún MIR en este proceso, respesca incluida. También hay plazas vacías en Aranda de Duero (Burgos), en Ponferrada (León)
A sus más de 26.000 seguidores en la red social ‘X’ –antes Twitter– les trasmite el día a día la realidad de lo que supone ser un médico rural el doctor Andoni Mendoza. Bilbaíno y sanitario en Atención Primaria, tal y como explica en su perfil, ha emocionado en varias ocasiones haciendo algunos de sus mensajes virales sobre las conversaciones que tiene con algunos –seis en ambas–, en Medina del Campo –tres– y en capitales como Zamora, Burgos y León –cinco, cuatro y una, respectivamente–.
Pero hay a quien el mundo rural le ha sorprendido para bien. Andrea López, de Orihuela (Alicante) y Ana Estela de sus pacientes de la zona o en su «lucha» por los pueblos y que no caigan en el olvido.
«Soy un médico rural, no sé si eso es prestigioso o no, no sé si me ningunean frente a un cirujano o cardiólogo, pero me da igual, me regalan con cariño huevos frescos recién puestos y en otoño níscalos y boletus, y la noble y
Díez, de Almería, recalaron en Soria hace ya cuatro años para hacer su residencia en Medicina de Familia. En el caso de la alicantina tenía muy claro que esa sería la especialidad que escogería tras los exámenes del MIR y su compañera apostaba por la medicina general y Primaria porque le parecía «muy completa».
Sin ningún vínculo con la provincia soriana y en un año en el que las plazas «estaban más ajustadas» y apenas sobraban, se decantaron por iniciar allí su formación especializada. «Hice caso a los consejos que me decían que hacer la residencia en esta rama es mejor en los núcleos más pequeños», explica Ana Estela, que estudió Medicina en Murcia. Lo mismo le ocurrió a Andrea, que llegó tras cursar la carrera en Zaragoza. Soria y medio rural fue su elección, en la que en principio sí sintieron algo de vértigo y dudas. Ya van para su cuarto año de residencia –el último– en el centro de salud de San Esteban de Gormaz modesta gente de los pueblos me aprecia, ¿qué mas quiero?», publicó ya hace tiempo sobre su labor en los núcleos más pequeños y este mensaje se llevó más de 42.000 ‘me gusta’. Habla también, siempre acompañado por fotografías de paisajes en los que abundan las cumbres de Gredos, de la «soledad» de la medicina rural, de las guardias en las que se desplaza a pequeños pueblos conectados por carreteras en las que puede contemplarse de cerca la fauna y también refleja parte de sus charlas con los lugareños. Recientemente, ha publicado una de sus reflexiones junto a una de