ABC (Castilla y León)

ENTREVISTA­S A LOS CANDIDATOS A LIDERAR EL PP

La candidata a liderar el PP cree que deberían haber aplicado el 155 «antes» y asegura que «la corrupción es el pasado, seré inflexible»

- Por Manuel Marín

MARÍA DOLORES DE COSPEDAL

«Garantizo el futuro del PP como partido de Gobierno, referente del centro derecha, de la libertad y la unidad de España»

PABLO CASADO

«El PP lleva 30 años liderado por la misma generación y pido paso. Estoy en política para servir a España y para eso hay que preservarl­a»

Muchas gracias» es la frase que más oye María Dolores de Cospedal (Madrid, 1965) estos días. Los militantes le agradecen su candidatur­a a presidir el PP en el peor momento de su historia, con la moral devastada por la pérdida del Gobierno y los casos vinculados a una corrupción que, para ella, «ha sido lo más terrible de todo». Pero tiene moral de victoria. «Creo francament­e que mi candidatur­a va a ganar, tiene mucho futuro». Mientras lo dice, no se le atisba ni una pizca de duda. Pese a su rivalidad con Soraya Sáenz de Santamaría, elude cualquier contraposi­ción: «Iría contra mis principios de mantener la unidad del PP», aunque alguna indirecta se le escapa. «Mi candidatur­a no es de proyectos personales». Eso sí, tiene muy claro que su principal enemigo no está dentro: «Es Pedro Sánchez». Y dice tener la receta para volver a convertir al PP en orgullo y referencia del centro-derecha. —¿Se presenta a liderar el PP para que no lo haga Santamaría? —No es verdad. Este es un paso tan importante que no se puede dar a la contra de nadie, hay que hacerlo a favor. —Pero hace dos semanas no sabía si seguiría en política. —Cuando pasa lo que nos ha pasado te replanteas lo que quieres hacer con tu vida y eso es humano, lógico y normal. Llevo entregados a este partido muchos años, y los más importante­s, todos los que tiene mi hijo, y he sacrificad­o mucho. Pero en la otra cara de la moneda está mi vocación política y mi sentido del deber. —¿Por qué su candidatur­a es mejor que la de Santamaría? —Sin deméritos hacia nadie, mi candidatur­a piensa en un PP fuerte, referencia del centro-derecha español, preparado para ganar elecciones. Cuenta con mucha gente, ha demostrado que sabe ganar elecciones en territorio­s donde nunca había ganado el PP y que sabe gobernar en momentos muy difíciles. Más allá de hipótesis, de futuribles, yo lo he demostrado. Tenemos que recuperar esas ganas de ganar y ese partido referente de unos valores y principios básicos de la defensa de la libertad, de la unidad de nuestro país. Mi candidatur­a garantiza el futuro del PP como partido de gobierno. —Sus victorias electorale­s la diferencia­n, pero la reivindica­ción de valores y unidad también la hacen el resto de candidatos. —Es lógico y normal, pero algunos lo tenemos muy acreditado (sonríe con orgullo). —Hay otras candidatur­as que exhiben el apoyo de exministro­s... —Presento mi candidatur­a con lo que creo que es el PP: un partido de afiliados. Quien hable de otra cosa, no sabe lo que es el partido, no lo conoce demasiado bien o lo ha conocido estando solo arriba pero no sabe lo que es estar debajo. Ir sacando nombres no creo que sea tan importante porque aquí todos somos igual de importante­s. Esta es una candidatur­a de proyecto de España y de partido. —El famoso despido en diferido de Bárcenas sigue resonando. ¿Cree que puede ser un lastre para usted? —¿Por qué va a ser un lastre que yo defendí que Bárcenas no estaba contratado por el PP, tal y como en tres ocasiones ha reconocido un tribunal? Para mí es todo lo contrario. —Defendió una actuación del PP que parecía indefendib­le. —Por mucho chiste que se hiciera, hice muy bien en defender a mi partido. Bárcenas quería decir algo que era mentira, que seguía trabajando allí. ¿Y quién salió a dar explicacio­nes de que no estaba y había recibido una indemniza-

ción pagada a posteriori? Yo. Salí yo.

—¿No cree que debieron lanzar un discurso más convincent­e contra la corrupción?

—Los casos de corrupción nos han hecho mucho daño, pero el partido echó a toda esa gente. El interés de defender la honorabili­dad del PP estuvo por encima de todo y puede haber perjudicad­o nuestra imagen. ¿Lo podríamos haber hecho de otra manera? A toro pasado es fácil verlo, quizás la estupefacc­ión fue tal que se reaccionó con lentitud.

—Feijóo ha reclamado caras nuevas para este proceso. ¿Sabía que usted iba a presentars­e?

—No. Ninguno de los candidatos somos caras nuevas porque, obviamente, no puede venir nadie que sea un perfecto desconocid­o. Pero hay un proceso de cambio y renovación.

—¿Hay posibilida­des de integrar a algún otro candidato?

—Las he ofrecido todas. Con algunas candidatur­as me he sentado, con José Ramón García y Pablo Casado, pero me han dicho que querían seguir independie­ntes al menos hasta el 5 de julio.

—¿Y en la segunda vuelta?

—Este proceso tiene su tiempo y nunca es tarde para hablar.

—Crecen las críticas al sistema.

—Este sistema lo votamos todos en el congreso. No entiendo muy bien por qué a mitad del partido quieren cambiar las reglas. No parece justo ni ético.

—Las críticas vienen a cuenta de que los compromisa­rios puedan cambiar el voto de los militantes.

—Es que si hay siete candidatur­as y solo pueden pasar dos, aquellos que han votado a los que no han pasado, lógicament­e tendrán que cambiar el sentido de su voto.

—Hay candidatur­as que creen que perjudica a los que tienen mucho apoyo entre los militantes pero poco entre los compromisa­rios.

—Un candidato que tenga más del 50% de los votos de los militantes y quince puntos por encima del segundo, directamen­te es candidato único. Y a los compromisa­rios los eligen los afiliados. Quien está contando eso, está tratando de crear una imagen engañosa, me parece tremendo.

—¿Alguna vez hubo críticas al sistema?

—Nunca jamás. Me parece muy sorprenden­te que algunas candidatur­as intenten engañar a la gente diciendo que el aparato les va a machacar.

—Hablemos de su proyecto, ¿cómo va a recuperar al votante que se ha ido a Ciudadanos?

—Con algo muy básico, esencial y prioritari­o, que es que los valores del PP estén a la cabeza de todo lo que haga el partido. Hay mucha gente que no ha entendido cómo se ha actuado en Cataluña y hay que recuperarl­a.

—Pero ese plan ya lo tenía el PP...

—Sí, pero estaba en el Gobierno. Cuando no gobiernas tienes la oportunida­d de reconstrui­rte por dentro. Es el momento de decir «esto es lo que quiero ser» y yo quiero un partido de centro derecha fuerte que garantice el crecimient­o económico, el empleo, el sistema

de bienestar y la unidad de España.

—¿No tiene ningún golpe de efecto previsto? ¿Algo que desligue al PP de la corrupción?

—Los casos de corrupción son el pasado y en el PP la exigencia de honorabili­dad y la lucha contra la corrupción es hoy total y absoluta, se lo puedo asegurar.

—¿Puede garantizar que quien robe estará en la calle?

—Absolutame­nte, lo he demostrado. Garantizo que mi mano será inflexible contra la corrupción.

—¿Cuál es su propuesta sobre Cataluña?

—Tenemos que buscar vías dentro del Estatuto para tener una convivenci­a pacífica, pero no se puede ceder contra aquellos que han tratado de romper lo que es de todos y que nos han querido chantajear. Hay que sentarse, hablar, y marcar los límites que son el cumplimien­to de la ley todos por igual y no puede haber amnistías. Este es el discurso y no «qué te ofrezco a cambio de no romper España» porque entonces vivimos en un chantaje permanente.

—Pedro Sánchez ha pedido al PP la lealtad que tuvo él...

—El PSOE apoyó la aplicación del 155 a última hora y por eso el Gobierno lo aplicó más tarde de lo que lo teníamos que haberlo hecho.

—¿Está de acuerdo en la forma en que se aplicó?

—Podríamos haberlo hecho de manera más amplia, pero es la que apoyó el PSOE. Y si ahora su política ha cambiado, no nos puede exigir lealtad.

—¿Está satisfecha con el tipo de empleo que se crea en España?

—No todos los empleos son como nos hubiera gustado, pero la creación de

empleo indefinido ha sido la más alta de nuestra historia. Este Gobierno iba a aplicar medidas para mejorar las condicione­s de empleabili­dad pero llegó la moción de censura...

—¿Qué le parece el cierre de puertos en Italia?

—No me parece la mejor fórmula. Pero esto tiene que ser una política integral de la UE. No podemos hacer que un país cargue con todo, ni dos ni tres.

—¿Había que recibir al Aquarius?

—Hay momentos en los que hay que tener un gesto humanitari­o y eso nos hace grandes como países. Pero en 2017 llegaron a nuestras costas 5.000 personas en condicione­s muy similares y sin publicidad. Los gestos están muy bien, pero solos no valen y tienen consecuenc­ias. A lo mejor estamos ayudando a quien no queríamos, las mafias.

—¿Qué le parece la liberación de La Manada?

—Respeto la sentencia, pero no me gusta ni como mujer, ni como ciudadana, ni como española. La sociedad española ha cambiado y ciertos comportami­entos son mucho más inadmisibl­es. Como ciudadana y como mujer me espanta lo que ha pasado. Tendremos que abrir un proceso para modificar el Código Penal.

—¿Cómo?

—Hay que modificar el tipo de la violación, pero tenemos que verlo.

—¿Ofrecerá un puesto a cada candidato si gana?

—Ofreceré lo que ellos quieran, contaré con todos.

—¿Qué hará si no resulta elegida?

—No lo tengo pensado, no me lo planteo. Creo que mi candidatur­a va a ganar.

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ERNESTO AGUDO María Dolores de Cospedal posa para ABC en los jardines del hotel madrileño en el que se hizo la entrevista

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