Rita Hayworth.
Cada estrella del Hollywood dorado tiene tras de sí una historia trágica. Rita Hayworth, nacida Margarita Carmen Cansino en Nueva York, de padre español, también. La cara visible es la del icono del cine de los años 40, la de la actriz mejor pagada de su tiempo, la del sex-symbol deseado por todos capaz de hacer temblar la moral: Gilda, la película de 1946 que la convirtió en mito, fue prohibida por escandalosa en varios países. El reverso es diferente. Apodada «diosa del amor» por los tabloides, se casó cinco veces –entre otros, con Orson Welles y el príncipe iraní Ali Khan– y se divorció otras tantas tras aguantar hasta maltratos e insultos en público. Murió en 1987 arrasada por el alzhéimer. Tenía 68 años. Este 2018 hubiese cumplido los cien. Nadie, después de ella, ha podido generar tal terremoto con un gesto tan simple como quitarse un guante.