Vergonzoso, decepcionante y doloroso

CARTAS AL DIRECTOR

Vergonzoso, decepcionante y doloroso el espectáculo en el Congreso del portacoz socialista Juan C. Campo, juez para más señas, en el debate por la derogación de la prisión permanente revisable promovida por el PNV secundada por PSOE, Unidos Podemos y nacionalistas. Indignante ver y oír cómo rezuman odio, rencor y deseos de venganza los impresentables seguidores de Zapatero y Pedro Sánchez, hasta, cómo no, mencionar las victimas de hace ochenta años de la Guerra Civil. Después de dos años de su «no, es no», Sánchez sigue erre que erre, no a los Presupuestos Generales del Estado, a la ley de la prisión permanente revisable y al pacto por las pensiones, no lo olvidemos congeladas por el inútil Zapatero. Temas de Estado en los que no dan la talla y que sólo encuentran su negativa, un viejo PESOE anclado en el pasado que ha perdido sus señas de identidad y su norte y que con una izquierda radical vuelve al siglo XIX y a la falsa Memoria Histórica recuerdo del zote y nulo Zapatero, repito. Usted señor Sánchez asiste de palmero al PNV interesado en derogar la prisión permanente revisable, están con los proetarras, y parece mentira no recuerde a sus compañeros asesinados por Eta, menudo papelón. «Si se derrotó a ETA sin esta ley», lo cierto es que muchos etarras están hoy en la calle sin pagar por sus crímenes. Han dado un espectáculo de vergüenza y bochornoso, un PSOE e izquierda sin escrúpulos acusando a las víctimas de ser manipuladas, despreciando su dolor y su lucha por la justicia para sus hijos asesinados. Emocionante esos padres decepcionados y doloridos y esa socialista que pedía perdón por la sinrazón de su partido. Vergonzosa la huida del hemiciclo y sin dar la cara de socialistas, peneuvistas y radicales mientras las víctimas eran aplaudidas. En casi toda Europa está admitida la pena de prisión permanente revisable, y no es una pena contraria a los derechos humanos, el primer derecho es el respeto a la vida, en España además avalado por más de tres millones de firmas. ¿No dicen que hay que escuchar al pueblo? Son la vergüenza de España y nuestra democracia.