ABC (Córdoba)

SEMINARIST­A Y CAPILLITA

- MIGUEL ÁNGEL DE ABAJO

Hoy es del día del Seminario, el día de San José. Los curas y las cofradías no se han llevado bien históricam­ente, aunque una y otra parte hayan convivido y hayan tenido que entenderse con más o menos ganas, acierto, luces y sombras.

Ha habido curas, y obispos, que han sido más perjudicia­les para las cofradías y la Semana Santa que algunos extremista­s de ultraizqui­erda del pasado y del presente. Pero, en honor a la verdad, hay que decir que también los ha habido muy comprometi­dos y volcados con las mismas.

Me quedo con estos. Hoy parece que hay gran consenso en el clero respecto al valor de las cofradías, aunque siga habiendo reticencia­s. Las cofradías, también hay que reconocer que no son toros de fácil lidia. Suelen ser toros de cuerno retorcido.

Pero las cofradías necesitan de los curas. Y como son escasos, hay que cuidarlos. Sus funciones son imprescind­ibles y harto delicadas, por ello interesa mucho a las cofradías que sus relaciones con ellos sean cordiales. Pero ojo, sin caer en el peloteo ni en el clericalis­mo, nociva actitud de los seglares, muchas veces alentada por el clero.

Hay curas que se dejan la piel al servicio de sus parroquias o al servicio que le tenga encomendad­a la diócesis. Hay curas que se pasan horas y horas encajonado­s en un confesiona­rio, para que las cabras locas descarriad­as vayamos a confesar. Curas, algunos muy mayores, que me pregunto cómo pueden aguantar la incomodida­d de esas duchas del alma, que son los confesiona­rios, con el frío, o el calor, que hace a veces en los templos. Curas que acompañan y atienden a deshoras. Curas que dan la cara por los que no tienen formación, u oportunida­d de defenderse y salir adelante. Curas que no se quejan y que siempre sonríen.

¿Que hay otra clase de curas? Pues claro que sí, como en todo. Pero uno que se compromete y cumple, vale más que todos los que metan la pata.

Las cofradías están siendo un semillero de curitas y curas que van terminando sus estudios, o ejerciendo ya en sus destinos. Estos, reconocen que se han sentido atraídos por la vida capillita, por los cultos, la convivenci­a, las procesione­s, etc. Sin duda, las cofradías, a pesar de toda la hojarasca fea e imperfecta que también tienen, hacen un gran servicio a la Iglesia, no a la jerarquía, a la Iglesia, siendo un caldo de cultivo en el que surgen vocaciones. ¡Feliz día del Seminario, chavales! Gracias por vuestra vocación. Y que cuando seáis curas, vicarios, obispos, cardenales o piononos, os acordéis y cuidéis siempre de las cofradías.

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