ABC (Córdoba)

«No pierde España, pierde el rugby»

La selección, que irá a la repesca del Mundial al caer ante Bélgica, denuncia el arbitraje y presenta una queja

- MIGUEL ÁNGEL BARBERO

Hay varias formas de explicar una derrota. Pero cuando al factor deportivo se les suma el emocional y, quizá, alguno más oculto, las maneras de enfocarla varían. En el aspecto meramente numérico, Bélgica fue muy superior a España en el encuentro que ayer les midió en el Pequeño Heysel de Bruselas. Dominó el partido desde el comienzo, se empleó a fondo y con acierto en sus acciones (convirtió cuatro golpes de castigo de manera consecutiv­a en la primera parte, mientras que los hispanos fallaban dos) y controló la posesión del balón la mayor parte del tiempo.

Parecía que quienes se jugaban la plaza para el Mundial de Japón eran los belgas, pues estaban súpermotiv­ados y actuaban como piezas de un reloj. Los hispanos, por contra, atenazados por los nervios y la responsabi­lidad, no conseguían imponer su ritmo ni las virtudes que les habían llevado hasta ahora por la senda del éxito: la defensa, la velocidad y las plataforma­s ofensivas. Cuando quisieron reaccionar ya era demasiado tarde, pues no lograron el ansiado ensayo hasta el minuto 70 (15-5) y, aunque tiraron de coraje y apretaron las tuercas al máximo (15-10, a cinco del final), les faltó tiempo para completar la remontada.

Hasta aquí una somera crónica de lo vivido en una mañana que parecía haberse vuelto en contra del XV del León desde el principio. El campo estrecho, el cesped embarrado y la nieve que caía a intervalos no hacían presagiar una jornada agradable para los hombres de Santi Santos, que se encontraro­n con otro elemento contrario con el que, desgraciad­amente, sí que contaban de antemano.

Designació­n polémica

Desde que se conoció la elección de Vlad Iordachesc­u como árbitro del partido comenzaron las suspicacia­s. No parecía muy apropiado que un rumano fuese el juez de un choque en el que su selección sería la máxima beneficiad­a en caso de una derrota de España. El 19 de febrero, después de la victoria de España ante Rumania, la Federación Española se puso en contacto con el Presidente de la Comisión de Árbitros de Rugby Europe, Patrick Roben, para solicitarl­e la modificaci­ón de la designa- ción de los tres árbitros rumanos para este encuentro. Pero la sugerencia no tuvo éxito, aunque se decidió advertir al árbitro de que su actuación sería analizada detenidame­nte y que esperaban de él un arbitraje totalmente neutral.

En vista de lo sucedido en la capital valona, la Española emitió ayer un comunicado oficial en el que confirmaba que «presentará una reclamació­n a Rugby Europe (tiene como presidente al rumano Octavian Morariu) con copia a World Rugby para que la Comisión de Árbitros revise el video del encuentro por si la actuación arbitral hubiera sido deliberada­mente parcial para favorecer los intereses de Rumania y, de ser así, que se actúe en consecuenc­ia». Las protestas españolas nos son injustific­adas, ya que el colegiado se mostró excesivame­nte puntilloso con los hispanos, cortando el juego al menor contacto y dando a sus rivales claras ocasiones de puntuar (sus 18 tantos llegaron merced a cómodos tiros a palos). Si se utiliza también aquí la es- tadística, se verá que España recibió dieciocho infraccion­es en contra por ocho a favor, unas cifras muy descompens­adas. Pero lo peor de todo fueron las continuas paradas que rompían el ritmo de juego y la expulsión de Beñat a los 50 minutos, que dejó a los leones con un hombre menos con treinta aún por delante.

Ánimos del Rey

Pese a ello, la épica estuvo a punto de llevarse a cabo cuando se acercaron a tiro de marca convertida en el 75 (15-10), pero una nueva falta favorable a los locales dejó el resultado en (18-10) y a los visitantes fuera de sí. ««Hoy no ha perdido España, ha perdido el rugby. Ha habido un arbitraje tendencios­o que no ha sido neutral», señaló Santos notablemen­te enfadado. El técnico español también se sintió decepciona­do por haber fallado a los cientos de seguidores que les apoyaron en las gradas y a los miles que lo hicieron por televisión. «Sabíamos que iba a ser complicado, pero lo ha sido más de lo esperado; no es fácil mantener la cabeza fría cuando nos penalizan en exceso», concluyó.

Pese a haber perdido la batalla, la guerra aún se puede ganar. Sigue habiendo una plaza mundialist­a que pasa por la repesca. Por eso hay que seguir confiando y mirar adelante. «¡Ánimo, leones!¡ Adelante! ¡Lo conseguiré­is porque lo merecéis!», fue el mensaje final que les envió el Rey.

Árbitro rumano

La derrota de España hace que Rumanía, casualment­e, vaya directa al Mundial

SANTI SANTOS

SELECCIONA­DOR

«Ha habido un arbitraje tendencios­o que no ha sido neutral»

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Los jugadores españoles acabaron desolados por la oportunida­d perdida
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