ILUSIONES

Pronto empezarán a desfilar ante nosotros los candidatos a la Alcaldía, exijamos que generen ilusiones entre los cordobeses

Ilusión es ese estado de ánimo que surge cuando conseguir algo que consideramos atractivo y provechoso se nos presenta como alcanzable. Aclarado esto, afirmo que soy de los que creen que para conseguir cualquier objetivo es necesario el talento, pero sin ilusión nunca llegaremos a alcanzarlo.

A veces, cuando me dispongo a escribir, me pregunto si la sociedad cordobesa está ilusionada por algo. Y lo hago para dar mi opinión sobre el camino que hacemos para alcanzar ese objetivo. Últimamente no veo ilusión alguna en Córdoba. No percibo objetivo o proyecto que haya generado una ilusión colectiva en conseguirlo, seguros de que vamos a alcanzarlo entre todos. Más bien descubro entre la gente desesperanza, decepción, conformidad y amoldamiento con lo que tenemos. Actuamos como si nuestras debilidades y amenazas no tuvieran solución, haciendo que las cosas a las que aspiramos se nos presentan como inalcanzables. ¡Veamos!

Las noticias que los medios de comunicación nos han hecho llegar en los últimos días sobre Córdoba son desilusionantes. Protestas de los jubilados por las calles; nuevos detalles sobre corrupción en Córdoba; vuelta al problema de veladores; polémica sobre el plan para reformar y peatonalizar Ciudad Jardín; discusión sobre tanatorios y el callejero de la ciudad; el Parque de Levante, prometido e inexistente; amenaza de ruina de la empresa municipal Aucorsa o pérdidas millonarias en la de cementerios (Cecosam). Estas son las noticias que recibimos. Ni una sola información ilusionante.

Ni un solo proyecto que cumpla presupuesto y plazos programados. Ni una sola noticia que una a la ciudadanía. ¡Eso sí! Muchas noticias sobre visitas políticas prometiendo que darán mucho si alcanzan el poder; nombramientos de alcaldables; vuelta con la Guerra civil intentando que quede sólo en guerra ya que para que sea civil tendrían que hablar de dos bandos; y muchas cosas que generan mayor desconfianza y decepción. No quiero ser pesimista pero es la realidad que percibo actualmente en Córdoba. Que nadie piense que me quedo sólo con esta visión. Sueño en una Córdoba que roce el pleno empleo de calidad; una ciudad llena de posibilidades donde el esfuerzo y la calidad son recompensadas y reconocidas socialmente; donde las inversiones productivas son recibidas con alegría deseándoles el mayor de los éxitos; una ciudad donde el visitante siempre sale con ganas de volver; donde la cultura, las artes y la ciencia saben que es el mejor sitio para anidar. En suma, una ciudad como Córdoba merece.

Pronto empezarán a desfilar ante nosotros los futuros candidatos a liderar Córdoba. Exijamos que no sólo sean inteligentes, razonables, empáticos y con buen juicio. ¡Que deben serlo! Exijamos también que sepan generar ilusiones capaces de unir a cuantas personas conformamos esta noble ciudad. Lo merecemos.