Urbanismo y la Iglesia vuelven a la negociación del Palacio Episcopal
La creación de una escalera de nueva planta que la Gerencia quiere eliminar es el principal escollo que ha impedido la firma del permiso de las obras
LA Gerencia Municipal de Urbanismo y el Obispado de Córdoba volvieron ayer a la mesa de negociaciones con el objetivo de desatascar la situación del último proyecto de reforma del Palacio Episcopal en el que ambas partes están separadas por una escalera. Se trata del escollo principal, que no el único, que entorpece el inicio de las obras del que debe ser el centro de recepción de visitantes de la Mezquita-Catedral de Córdoba, un equipamiento de apoyo con el que cuentan multitud de monumentos en todo el mundo y que la Iglesia pretende desarrollar en la zona que aún queda sin restaurar de la sede administrativa del Obispado.
Los equipos técnicos de ambas partes han cerrado ya dos acuerdos distintos, según la versión de la Iglesia Católica, que se ha quejado amargamente de que Urbanismo siempre encuentra un problema para evitar la firma de la licencia de un proyecto que ya ha sido aprobado por la Comisión de Patrimonio de la Junta. La reunión de ayer acabó solamente con el emplazamiento a más encuentros para seguir con la depuración del proyecto.
En las últimas semanas, se han producido movimientos en Urbanismo para intentar que la Iglesia cambie otra vez sus planes de obras en un momento en el que la licencia de obras ya está oficialmente solicitada. El proyecto, a grandes rasgos, comprende la rehabilitación de las crujías adyacientes al patio de carruajes, que es una zona prácticamente abandonada del mo-
numento. Además, prevé la creación de un nuevo cuerpo en el patio, permitido por el Plan del Casco Histórico, con el objetivo de proteger los restos arqueológicos hallados en la zona. Originalmente, ese pabellón, que se integrará en la zona expositiva del Museo Diocesano, contaba con dos plantas aunque el Obispado decidió quitarle una para que la Gerencia diese su visto bueno. La escalera que conecta ese nuevo edificio con el resto del Palacio Episcopal es el elemento de la discordia de una inversión que está llamada a mejorar la gestión diaria del primer monumento de la capital.
La Gerencia de Urbanismo ha optado por minimizar cualquier construcción que tape la visión de la cara interior de la torre del palacio, que es precisamente la ubicación que ocuparía la caja de la escalera. El organismo municipal ha hecho llegar a la Iglesia dos alternativas. La primera es volver a la escalera que ya estaba autorizada inicialmente en un proyecto anterior. La segunda es crear una comunicación vertical por el interior de la torre, dado que se trata de una construcción que cuenta con las dimensiones suficientes para cumplir con las normativas sobre la materia.
En ambos casos, los servicios técnicos del Obispado siempre han planteado que se trata de soluciones que, antes o después, van a generar problemas en la utilización del espacio disponible. Para entender la lógica interna de las divergencias, lo que se plantea es que para subir una planta en una casa se tenga que salir la edificación. El proyecto presentado por el Obispado de Córdoba reproduce prácticamente las prescripciones del Plan del Casco Histórico que establecen una comunicación entre plantas justo en el lugar en el que lo plantea la Iglesia.
Urbanismo realizó una modificación del planeamiento del Casco Histórico con el objetivo de recoger algunas modificaciones que ya se habían realizado en el monumento y para permitir las que estaban por llevarse a cabo.