Aguayo alega ahora que a su mesa no llegaron avisos del interventor
La ex número dos de Griñán declaró dos años antes que no había leído los informes
Carmen Martínez Aguayo, ex número dos de José Antonio Griñán cuando éste era consejero de Hacienda, se parapetó tras sus técnicos y los interventores para justificar su inacción ante las irregularidades detectadas en el sistema de la Junta de Andalucía para subvencionar pólizas de prejubilación. Durante el juicio de la pieza política del caso ERE, quien fuera viceconsejera andaluza de Hacienda entre 2004 y de 2009 y consejera de este departamento desde 2009 hasta 2013 declaró que «por mi mesa no pasaron» los informes de la Intervención General de la Administración autonómica en los que alertaba de que la Consejería de Empleo estaba utilizando un método inadecuado para financiar las ayudas sociolaborales y a empresas en crisis.
El tribunal de la Audiencia Provincial de Sevilla trata de determinar si la antigua cúpula del Gobierno andaluz desactivó los controles de forma deliberada para repartir de forma arbitraria 855 millones de euros en ayudas entre 2000 y 2010. En el banquillo se sientan 22 ex altos cargos andaluces, entre ellos los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán.
Aguayo, que se enfrenta a seis años de prisión y 30 de inhabilitación, salió al paso de las incisivas preguntas del fiscal asegurando que tales informes eran leídos por su equipo técnico y que ni sus subordinados ni la Intervención «me advirtieron de ilegalidad alguna ni requerimiento de actuación». Sin embargo, dichos documentos eran dirigidos de oficio a la Viceconsejería de Hacienda que ella ocupaba «para su puesta en conocimiento» del consejero, en este caso Griñán. También recibieron los informes los titulares de la Consejerías de Empleo y de Innovación. A esta última estaba adscrita la agencia IFA/IDEA, el ente que utilizaba Empleo para pagar las ayudas que concedía. Este sistema permitía agilizar los pagos a costa de reducir el control. No había una fiscalización previa de las ayudas, sino a posteriori.
La exviceconsejera de Hacienda pone en práctica una estrategia de defensa nueva y diferente a la que ha mantenido durante la instrucción del caso. En abril de 2015, declaró ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que no se había leído los informes de la Intervención porque recibía más de cien al año y nunca entendió que hubiera que hacer nada. Ahora, como acusada, da un paso más y sostiene que ni siquiera llegaron a sus manos los avisos del interventor.
La exconsejera recurrió a expresiones como «ya le he dicho que no» o «usted está mezclando cosas» para contestar al fiscal Manuel Fernández Guerra. El tribunal le recriminó por ello que usara un «tono arrogante que no es el adecuado» para una acusada. Aguayo acabó pidiendo disculpas.
En su declaración, la exviceconsejera salvaguardó en parte la actuación de su antiguo jefe Griñán al afirmar que «no despachó» con él las «discrepancias» recogidas en un informe adicional que la Intervención le remitió en 2005. En él alertaba de que la Dirección General de Trabajo estaba tramitando subvenciones excepcionales sin procedimiento alguno para dar ayudas que no se publicaban en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía.
La acusada, médica de profesión —«no tengo ninguna formación jurídica»—, justificó que no le comentara nada a Griñán porque, aparte de no tener capacidad de decisión sobre programas de otra consejería, la Intervención «no me notificó menoscabo de fondos» ni habían sido ignoradas sus recomendaciones. Al contrario, sus consejos se tradujeron en posteriores mejoras, apuntó. En este punto admitió que comentó con Griñán los «problemas en general» que los interventores incluían en sus memorias sobre los informes de la agencia IDEA.
Ante las contradicciones halladas, el fiscal no pudo reprimir el siguiente comentario: «¿En qué se mejoró [el sistema] si nadie se leía los informes de seguimiento que el interventor dirigía a la Consejería de Hacienda?».
La exconsejera se disculpó El tribunal le recriminó que contestara al fiscal con un «tono arrogante» e impropio de una acusada Informes del interventor Aguayo alega que despachó con Griñán algunos «problemas», pero no las alertas concretas