Un pozo de sufrimiento
Desde la misma noche del martes, cuando se conoció la tragedia de Getafe, los investigadores no dudaron en relacionar la muerte de los dos menores hallados entre las llamas de su casa con el suicidio de su padre, que a continuación se mató al paso del tren. La investigación confirmó ayer el doble asesinato de los pequeños –ahogados en la bañera antes de que el fuego envolviera sus cuerpos–, un crimen que el padre confesó a través de una nota antes de quitarse la vida. Para que no sufrieran, dejó escrito.
La madre, que tras superar su conmoción pudo ayer declarar ante la Policía, negó que el matrimonio estuviese en proceso de divorcio y no encontró razón alguna –«salvo que se le fuera la cabeza», dijo– para que su marido matara a los niños y a continuación acabase con su propia vida. Alejandro, el hijo mayor, de trece años, sufría parálisis cerebral, enfermedad que llevó a sus padres a volcarse en su cuidado y a sacrificarse por su bienestar. No aclaró José Alberto, el hombre que les dio y les quitó la vida, qué tipo de sufrimiento les quiso evitar.
Dos jóvenes que dieron una patada a una mujer en la avenida Diagonal de Barcelona, y cuya agresión se hizo viral en Internet, han aceptado una pena de un año y medio y un año de cárcel respectivamente, aunque su entrada en prisión se suspende a condición de que no delincan en dos años. La agresión se produjo el 22 de febrero de 2015.
En una vista celebrada ayer en la Ciudad de la Justicia de Barcelona, los dos acusados –el agresor y su amigo que lo grabó en vídeo– reconocieron los hechos, facilitando una sentencia de conformidad que también les condena a indemnizar a la víctima con 48.000 euros –40.000 por daños morales y 8.000 por lesiones– y a hacer dos cursos sobre Derechos Humanos. Uno de ellos sobre asuntos de género y otro de prevención de comportamientos violentos. Tampoco podrán acercarse a la víctima ni ponerse en contacto con ella «ni darle ‘likes’ en Facebook ni Instagram», según les recordó en la vista la propia juez.
La sentencia, que es firme al haber sido pactada entre acusaciones, defensas y el fiscal, les condena por los delitos de lesiones y contra la integridad moral –con los agravantes de alevosía y discriminación por sexo– con un móvil de discriminación por razón de género. Se le aplica también el atenuante de reparación del daño al haber pagado ya la responsabilidad al comienzo de la instrucción del caso.
Las imágenes, que causaron gran indignación en Internet, comenzaban con uno de los jóvenes riéndose y haciendo una cuenta atrás mientras el amigo le graba instantes antes de la agresión en un semáforo de la avenida Diagonal. Acto seguido, el agresor se lanzó hacia unas mujeres que esperaban en un semáforo o a un taxi y golpeó a una de ellas con los pies, de tal modo que la hizo caer al suelo, acción que fue jaleada entre risas por el acusado que lo grabó con su móvil.
Entrada suspendida
La entrada en prisión de los dos condenados quedará suspendida a condición de que no delincan en dos años y hagan los cursos sobre Derechos Humanos. El fiscal especialista en delitos de odio y discriminación explicó durante la vista que se dan las circunstancias para esta suspensión pese al «comportamiento humillante y vejatorio» de los acusados con la víctima y el resto de mujeres. «Tienen un problema de aceptación de la diversidad», remachó.