ABC (Córdoba)

«Seat está en un momento dulce que debemos aprovechar»

Luca de Meo Presidente de Seat

- ÀLEX GUBERN BARCELONA

El presidente de la automovilí­stica española, plenamente respaldado por el consorcio Volkswagen, quiere que Seat «juegue al ataque»

Al frente de Seat desde noviembre de 2015, Luca de Meo (Milán, 1967) está convencido de que la empresa automovilí­stica española está en condicione­s de dar un salto adelante a medio plazo. Si en los años sesenta Seat motorizó España con el 600, ahora debe ser también protagonis­ta de la revolución que en la industria va a suponer el coche eléctrico. En un momento dulce para la marca en cuanto a ventas y resultados –hoy presenta el balance de 2017 en el Museo ABC de Madrid–, Luca de Meo adelanta a este diario los planes de una compañía que dice estar en un cambio de rasante. —¿En qué está cambiando Seat? —En primer lugar, en su mentalidad. Ahora jugamos más al ataque, con más ambición. Siempre lo he explicado: durante años Seat no pudo más que apagar fuegos, superar crisis que se iban encadenand­o una tras otra. En cambio, ahora, estamos en un momento bueno, una ventana de oportunida­d que nos da capacidad para pensar, cambiar la estrategia y decidir qué es lo que queremos ser. —¿Y qué quiere ser Seat a medio y largo plazo? —En primer lugar, tenemos que ser una empresa más globalizad­a, capaz de tener dentro del consorcio Volkswagen un papel proactivo en temas que sean estratégic­os. Si todo funciona podemos ser la empresa capaz de atraer a una nueva generación de consumidor­es en un contexto de cambio. La tendencia ahora es que los coches eléctricos sean los de alta gama, dado que estos, por su margen de beneficio, permiten incorporar una tecnología que ahora es muy cara. Pero esto cambiará, porque el verdadero sentido del coche eléctrico es el coche urbano, en un contexto de limitación de emisiones y calidad del aire. Y ahí podemos jugar un papel importante: igual que Seat motorizó España en los años sesenta con el choche más barato, el 600, en diez años tenemos que ser capaces de acompañar esta nueva movilidad del futuro con soluciones también accesibles, pero en un contexto de cambio tecnológic­o y de hábitos. —¿No me diga que Seat prepara un 600 eléctrico? —Es una idea más de concepto que de un modelo concreto: hablamos de un coche accesible, masivo... Es el futuro de Seat. —¿El reto inmediato es crecer en volumen, en ventas, hacer la marca más grande? —Hace unos años había dudas sobre el futuro de la planta de Martorell (Barcelona), y ahora vamos a tope: tres turnos diarios, nuevo turno los sábados... Pero sí, debemos vender más, y para ello la clave es globalizar­nos, y concentrar­nos en unos pocos modelos de éxito pero que tengan una masa crítica grande. Tenemos que vender más y a más mercados, y fuera del perímetro europeo: en la ribera sur del Mediterrán­eo, en Sudamérica... probableme­nte por la vía de fabricar en México, donde ya vendemos muy bien. Producir en ese país sería clave para crecer y extenderno­s por la región. Este año tendremos que tomar una decisión junto con el consorcio al respecto. —Prosiguen con la ofensiva comercial: anuncian el nuevo SUV grande, el Tarraco, lanzan la línea deportiva Cupra... —El Tarraco nos dará volumen, pero también es importante en cuanto a imagen. Es una cuestión de credibilid­ad: aunque nuestra especialid­ad son los coches compactos, como el Ibiza, o el Arona... ser capaces de hacer coches grandes y que sean buenos nos refuerza, nos da prestigio. Sucede lo mismo con Cupra. —Con Tarraco es la primera vez que Seat da el nombre de una ciudad catalana a un coche. ¿Esto tiene una lectura política? —No hay que hacer especulaci­ones tan complicada­s. Planteamos un concurso, y la gente votó. Respetamos esa decisión, aunque yo personalme­nte hubiese escogido otro nombre, pero este es el que ha escogido la gente, y está bien. Me gusta, es bonito... Los cuatro nombres finalistas eran muy buenos. —¿Se valoró la posibilida­d de que se generase un boicot? —Mire, lo que tenemos que hacer es un buen coche, y si es así la gente lo va a comprar. Tarraco es un buen nombre, el de una ciudad española muy bonita. Apostamos por todo el país, y espero que la gente tenga también este equilibrio. —¿Cómo ha vivido Seat el proceso político en Cataluña? —Somos una empresa, y no tenemos la arrogancia de ponernos al nivel de la política. Si la discusión no impacta en la operativa de la empresa, no considero que debamos manifestar­nos. Hacemos lo que nos toca: tirar adelante esta empresa. Obviamente, como ciudadano y como presidente de Seat me gustaría tener claridad y estabilida­d, que es lo que permite trabajar y planificar a medio plazo. —¿Se llegó a plantear el traslado de sede? —En una empresa se discute y se plantea todo, pero no lo consideram­os. —Presentan por primeva vez sus resultados en Madrid.

—Siempre lo hacíamos en Martorell y en 2017 lo trasladamo­s a Barcelona. Ahora lo hacemos en Madrid, y el año que viene puede ser en otro lado. La decisión la tomamos hace un año: no hay una lectura política. —¿Además del Tarraco y Cupra, qué se puede esperar de Seat en cuando a nuevos productos? —Entramos ahora en el desarrollo de la próxima generación del León y en la integració­n del coche eléctrico en nuestra gama... eso ya es mucha inversión y trabajo. Paralelame­nte está el reto de los motores: híbridos, híbridos enchufable­s, gas...

Momento dulce

—¿Es un momento dulce para Seat? —Estamos en una dinámica interesant­e, hay algo alrededor de Seat que está cambiando. Lo empecé a notar hace unos meses: crecemos en todos los modelos, se vende más, los concesiona­rios están animados, la imagen de marca es buena... estamos en un circulo virtuoso, un momento dulce que hay que aprovechar. —Las cifras de 2017 han sido buenas. ¿Previsión para 2018? —Crecer a doble dígito seguro. En los primeros meses de 2018 estamos ya

El reto de Sudamérica «Tenemos que vender más, y a más mercados: en la ribera sur del Mediterrán­eo, en Sudamérica... Este año decidiremo­s si comenzamos a fabricar en México»

Seat y el «proceso» catalán «Como ciudadano y presidente de Seat me gustaría tener claridad y estabilida­d, que es lo que te permite trabajar y planificar a medio plazo»

creciendo al 25% en ventas. —¿Liderazgo en España en 2018? —Es posible, pero no lo haremos a cualquier precio. Para mí el liderazgo es que los españoles cuando quieran comprar un coche tengan en Seat su primera opción. En todos los países importante­s, la marca nacional tiene sobre un 20% de cuota. Pero en España se producen otras marcas, que también pueden considerar­se de aquí. Con 3.000 unidades arriba o abajo puedes pasar del primer puesto al tercero. —¿Qué puede aportar Seat a la industria del automóvil? —Tenemos una sensibilid­ad diferente a los países nórdicos o del centro de Europa: interpreta­mos el producto, la tecnología, de manera fácil, accesible, emocional... No puedo imaginar una industria del automóvil sin la aportación del sur... lo defendí cuando estaba en Fiat y lo defiendo ahora. —Siempre ha hablado de la importanci­a de que España se sienta orgullosa de Seat. —Creo que estamos en el camino, y lo primero que tenemos que hacer es fabricar buenos coches, y lo estamos logrando. Para una marca como Seat es muy importante sentir el apoyo de nuestra gente.

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ABC Luca de Meo junto al Cupra e-Racer, el primer turismo de carreras 100% eléctrico de la marca

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