La caza pide respeto
Cazadores de toda España se manifiestaron ayer, convocados por la Real Federación Española de Caza, en las principales capitales de provincias del país para reclamar respeto. Los cazadores hemos dejado el campo para trasladarnos a la ciudad, entorno del «animalista», un personaje que solo pisa el campo para hacerse una foto, que vive de las generosas subvenciones que le regalan las distintas administraciones y que opina, desde su sofá y con profundo desconocimiento, sobre lo que es mejor para los animales que viven en nuestros montes. Ahora ha elegido como enemigo a los aficionados del entorno cinegético para poder seguir lucrándose con el dinero de todos.
La caza es parte de la naturaleza y tradicionalmente la mejor manera de gestionar el número de ejemplares de cada especie. Los que practicamos esta actividad, legal, protegemos y cuidamos de la fauna y de su entorno. Somos los únicos que cuidamos a los animales salvajes, y si es necesario les aportamos alimento y agua en los momentos de necesidad, por escasez o por otras circunstancias como pueden ser las nevadas, sequías o incendios.
Este colectivo, más de un millón en España, pide a los políticos que, en lugar de adornar sus currículos con doctorados o másteres, sean conscientes de que esta colectividad es clave para el desarrollo y sostenibilidad del mundo rural, y reclama medidas para poner fin a las agresiones y ataques que sufren. Porque sin caza desaparecerán muchas especies, como ya ha ocurrido, por ejemplo, con el urugallo.