Memoria histórica, ley para los buenos
Es la ley de la izquierda para cambiar a su medida la historia y ganar guerras pasadas de los «buenos», los seguidores de Stalin y Lenin, apoyados en la mentira y el odio, llena de personajes funestos y sobre miles de muertos. Condenando aquella otra Historia con mayúscula que defiende los principios y los valores y su devenir a lo largo del tiempo, en España llena de gestas heroicas descritas por historiadores de prestigio y solvencia, la verdadera historia, avalada por estudiosos neutrales ajenos a intereses partidistas y leyendas negras. Es la memoria histórica de los «buenos» que tratan de reivindicar las alcaldesas de Madrid, Manuela Carmena, y la de Barcelona, Ada Colau, con la exposición sobre la Guerra Civil inaugurada en Madrid bajo el lema «No pasarán», a buenas horas, organizada por «Valiente», edil del Ayuntamiento responsable de los Derechos Humanos, a saber qué entiende por Derechos Humanos, a la sazón fiel seguidor de Lenin y Stalin responsables de millones de muertos. A Carmena, la alcaldesa de Barcelona se la ha «Colau». Así se derriban nombres de calles y plazas como Felipe VI; y se rotulan con nombres de los «buenos», Carrillo, la Pasionaria y otros, responsables de la matanza de Paracuellos del Jarama, entre ellos miles de niños, religiosos, gente de bien, sin adscripción política o ser católico. Es también la ley de ese señor de la izquierda que ha aparecido en una tertulia de televisión calificando a la Legión como ejército de muerte con motivo de su presencia en la Semana Santa de Málaga, y lo que es peor, blasfemando contra el Cristo de la Buena Muerte como el «Cristo de odio y de muerte». Por cierto, que se sepa, sin que la Justicia haya intervenido. Es también la «memoria histórica» de otros muchos ayuntamientos, entre ellos el de Córdoba, derribando nombres de calles como, Cruz Conde, Pemán, Conde Vallellano y otros por su «negro» pasado. Es la ley de la «Memoria Histórica» de los «buenos», a la carta, la del más nefasto e inútil presidente de Gobierno que fue, el «rojo» Rodríguez Zapatero, el del abuelo «bueno» y el otro abuelo.
ILDEFONSO MORENO JULIÁ CÓRDOBA