ABC (Córdoba)

La plaga del currículum falso

El expediente «inflado» es un clásico entre la clase política, a izquierda y derecha. Tampoco el nacionalis­mo se salva

- ROBERTO PÉREZ MADRID

El PSOE acumula veteranía en cargos públicos de postín con currículos gruesament­e falseados. El de Luis Roldán fue de los casos más precoces –y sonados– en ese afán por encubrir la pobreza formativa a base de sumar títulos universita­rios inexistent­es. Tras el Bachillera­to y muerto Franco, el zaragozano Roldán aparcó los estudios, se alistó en el PSOE y empezó a vivir de la política con rapidez –y excesiva holgura–. Conforme fue subiendo peldaños en el escalafón, su currículum engordaba con vida propia, ajena a la realidad. Se llegó a adjudicar una licenciatu­ra en Empresaria­les, una Ingeniería y un máster en Economía, pese a que no había obtenido título en universida­d alguna. Pero aquel imaginativ­o currículum quedó convertido en anécdota cuando, en la etapa final del felipismo, Roldán protagoniz­ó su sonada fuga: acabó en busca y captura internacio­nal, por la corrupción que nutrió su patrimonio personal.

En el PSOE, con el paso de los años, los currículum­s falseados o convenient­emente maquillado­s han salpicado a una nutrida lista de cargos públicos. Por ejemplo, Elena Valenciano, que de empleada rasa del partido escaló hasta la cúpula del partido, con relevante mando en plaza. Cuando fue eurodiputa­da, entre los años 1999 y 2008, la web del Parlamento Europeo presentaba a Valenciano como licenciada en Derecho y en Políticas. Dos carreras a falta de una, pese a que en realidad no tenía acabada ninguna de las dos.

Una facultad que no existe

Leire Pajín, que llegó a ministra con Zapatero, sí tenía una licenciatu­ra en Sociología. Pero el afán por dar más pompa al currículum acabó en público traspié. Fue representa­nte en órganos de dirección de la Universida­d de Alicante por razones de cuota en sus años de alumna. Pero, para dar pompa a aquel hecho circunstan­cial, quien redactó el currículum oficial la presentó como si hubiera formado parte del equipo rector de la «Facultad de Empresaria­les y Sociología». El problema es que esa facultad, con ese nombre, no existía.

El valenciano Bernat Soria, al que Zapatero también nombró ministro, tuvo que explicarse igualmente cuando se denunció que había inflado el currículum con méritos que o bien no tenía o no alcanzaban el nivel con el que se exhibían sobre el papel.

En el PP tampoco se han librado del manoseo curricular. Fue el caso de Tomás Burgos, secretario de Estado de la Seguridad Social desde que Rajoy es presidente. Tras convertirs­e en diputado nacional en los años 90, en el currículum de Burgos asomó una licenciatu­ra en Medicina que en realidad no tenía y que tuvo que ser sutilmente borrada cuando fue nombrado por Rajoy al frente de la Seguridad Social.

El actual líder del PP andaluz, José Manuel Moreno Bonilla, también se vio envuelto en la polémica por la metamorfos­is de su currículum, en el que iban y venían los títulos en sospechoso vaivén: en el año 2000 aparecía como licenciado en Dirección y Administra­ción de Empresas, pero no tenía tal título. En 2004 el mismo currículum había ido a menos y hablaba de «estudios» –no de licenciatu­ra terminada–. En su currículum de 2012 figuró la titulación definitiva: grado (licenciatu­ra) en Protocolo y Organizaci­ón de Eventos por la Universida­d Camilo José Cela, y un curso en Dirección y Administra­ción de Empresas.

La «nueva política» de Podemos no es ajena al currículum falseado. Acaba de dar fe su número dos en Galicia, Juan José Merlo. Como ha destapado ABC, en su ficha de diputado en el Parlamento gallego y en la de su partido aparece que es ingeniero, cuando en realidad él mismo ha tenido que reconocer que no terminó la carrera.

En la cúpula del PNV

Los nacionalis­tas vascos y catalanes acumulan particular­es casos de falsedad curricular. Notable fue lo que ocurrió en el PNV a finales de 2003, en plena pugna por la sucesión de Arzalluz. La batalla interna destapó currículum­s falsos entre los contendien­tes. Uno de ellos era el de Joseba Egibar, que sigue en la cúpula del PNV. En aquel momento, su presentaci­ón «académica» le citaba como licenciado, pero no pasaba de haber cursado estudios de Derecho.

En el independen­tismo catalán tampoco escasean ejemplos. Un caso notable fue el de Pilar Rahola, diputada de ERC en el Congreso entre 1993 y 2000. Llegó a tener en circulació­n un currículum oficial en el que aparecía como doctora en Filología Hispánica y en Filología Catalana, cuando en realidad no pasaba de licenciada.

La nacionalis­ta Joana Ortega, que fue vicepresid­enta en la Generalita­t, fue pillada en falsedad curricular: aparecía como licenciada en Psicología cuando le faltaban varias asignatura­s.

Faltan asignatura­s La exvicepres­identa de la Generalita­t Joana Ortega aparecía como licenciada en Psicología, sin serlo

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