Miles de catalanes marchan para la vuelta «a casa» de los presos por rebelión
Los sindicatos UGT y CC.OO. convocaron y organizaron la marcha pro «presos políticos»
Miles de catalanes –315.000 según los cálculos de la Guardia Urbana y 750.000 según los organizadores– salieron ayer a la calle en Barcelona para reclamar la excarcelación de los políticos y de los líderes de las entidades independentistas investigados por rebelión y otros supuestos delitos.
La marcha estaba convocada por las principales entidades secesionistas, Òmnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana (ANC), y los sindicatos UGT y CC.OO. En este sentido, la decisión de los sindicatos de alinearse con las tesis independentistas que cuestionan la independencia de las decisiones de los jueces sobre el «procés» ha causado un profundo malestar entre sus propios afiliados.
La protesta también fue apoyada por los tres partidos soberanistas –Junts per Catalunya (JpC), ERC y la CUP– y los comunes, y contó con la presencia del presidente del Parlamento catalán, Roger Torrent, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Las banderas secesionistas y los lazos amarillos –en solidaridad con los encarcelados, que los independentistas consideran «presos políticos»– llenaron la avenida del Paralelo en una calurosa tarde, que provocó lipotimias a más de un asistente. Pese a que hoy se cumplen seis meses de la orden de encarcelamiento de los «Jordis», motivo por el que se llevó a cabo la manifestación, el acto de ayer sirvió para exigir la libertad de Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Turull, Raül Romeva, Carme Forcadell, Dolors Bassa y Josep Rull. Y, además, se recordó a los huidos, «exiliados», según el imaginario independentista: Carles Puigdemont, Toni Comín, Clara Ponsatí, Meritxell Serret, Lluís Puig, Anna Gabriel y Marta Rovira.
«Puigdemont, presidente»
Apenas se escucharon gritos reclamando la independencia. Ni rastro de estas consignas a favor de la secesión en los eslóganes lanzados por los organizadores y sólo tímidamente entonados en algunos cánticos espontáneos de los asistentes. Los convocantes se afanaron en que resonara el lema oficial «os queremos en casa» –así lo recogían las pancartas de la cabecera de la marcha– pero los manifestantes iban más allá de lo que a priori debería de ser una marcha apartidista.
El cántico de «Puigdemont, presidente» fue uno de los más entonados de manera espontánea por el independentismo. Parece que, en la lucha encarnizada entre JpC y el expresidente de la Generaltitat contra ERC por liderar el epílogo del proceso independentista, los primeros continúan imponiéndose tras las elecciones del 21 de diciembre, donde la «lista del presidente» fue más respaldada que la de ERC. Ambos, sin embargo, superados por Ciudadanos.
También se plasmó en el acto el apoyo del independentismo a los Comités de Defensa de la República (CDR), responsables de algunos de los sabotajes pertrechados en las últimas semanas, como cortes de carreteras y levantamiento de barreras en los peajes. Se pudieron ver numerosos carteles con el lema «los CDR no son terroristas», en alusión a que la Guardia Civil enmarcase como supuesto terrorismo estas acciones. Luego, la Audiencia Nacional, rebajó a presuntos desórdenes públicos la imputación a los coordinadores de estos grupos.
No faltaron tampoco los ya tradicionales gritos de «prensa española, manipuladora» y los silbidos y acoso a las televisiones de ámbito nacional cuando hacían sus directos.
Torrent, Colau, Mas...
La cabecera de la marcha avanzó muy lentamente. Delante, los convocantes de la manifestación y los familiares de los presos tras dos grandes pancartas con los lemas: «Por los derechos y las libertades, os queremos en casa» y «Por la democracia y la cohesión, os queremos en casa». En segunda línea, los políticos. Entre ellos estaban Torrent, Colau y el expresidente de la Generalitat Artur Mas. A la altura del conocido como jardín de las Tres Chimeneas se celebraron las actuaciones musica- les de Roger Mas, La Folie y Elèctrica Dharma, se leyó el manifiesto de los convocantes y también cartas escritas por los «Jordis» desde prisión.
El manifiesto, leído entre otros por la regatista olímpica Natàlia Via-Dufresne, cargó contra el Gobierno de España por la aplicación del artículo 155 de la Constitución («es un ataque directo a la democracia») e hizo hincapié en que «los conflictos políticos se han de resolver políticamente». También reclamaron «la vuelta a la normalidad democrática» con la elección de un nuevo presidente de la Generalitat, rechazaron «la judicialización de la política» y defendieron, sin citarlos, a los CDR, que protestan «bajo los principios de la movilización no violenta».
Insultos sobre las tablas
El acto (presentado por los actores habituales en TV3 Rosa Andreu y Pep Planas) también sirvió para que Txell Bonet (mujer de Jordi Cuixart) y Oriol Sànchez (hijo de Jordi Sànchez) leye-
Malestar en las bases sindicales La decisión de CC.OO. y UGT de ser parte activa en la protesta, así como las invectivas de sus responsables contra la Justicia, han molestado a los afiliados Ambiente festivo ensombrecido por insultos Desde el escenario se llamó «cerdos» e «hijos de puta acabados», que no quieren que en Cataluña se viva «en paz», a los partidos constitucionalistas y los jueces
sen unas palabras de sus familiares a través de unas cartas enviadas desde la cárcel.
El tono de un acto que hasta entonces era festivo, pacífico y reivindicativo, cambió cuando la compañía Elèctrica Dharma subió al escenario. Antes de entonar sus primeros acordes, los músicos llamaron «cerdos» e «hijos de puta acabados» a los que «mandan mucho» y no quieren que en Cataluña se viva «en paz». Era una clara alusión a los partidos constitucionalistas y al Poder Judicial.
UGT y CC.OO., presentes
En esta línea, tampoco faltó, entre los encargados de organizar el acto de ayer y que es habitual en la supervisión del orden de las manifestaciones independentistas, el exmiembro de Terra Lliure Frederic Bentanachs, que estuvo en prisión a primeros de los años 80.
La marcha de ayer, sin embargo, aportó una novedad respecto a las últimas protagonizadas por los partidos y las entidades independentistas, y esta fue la presencia en la organización de la misma de los principales sindicatos en España: UGT y CC.OO. En la cabecera estuvieron Camil Ros y Javier Pacheco, líderes de los dos sindicatos citados, respectivamente. Una decisión que no ha sido secundada por todas las sectoriales de las dos federaciones.
Paradójicamente, pese a que la convocatoria iba dirigida solo a la población independentista de Cataluña, tanto Ros como Pacheco pidieron terminar «con la política de bloques» –entre el secesionismo y el constitucionalismo–. Una opinión que queda en entredicho ya que ni Ros ni Pacheco han acudido nunca a una manifestación en defensa de la Constitución.