ABC (Córdoba)

«Si los independen­tistas hicieran las leyes, yo estaría en la cárcel»

Albert Boadella Dramaturgo y presidente de Tabarnia El actor critica la decisión del juez alemán que liberó a Puigdemont: le acusa de haber actuado «al margen» de los tratados de la Unión Europea

- ENRIQUE DELGADO SANZ MADRID

Cuando tenía diez años y era un emigrante español en París, Albert Boadella (Barcelona, 1943), dramaturgo y hoy presidente de Tabarnia, se emocionó al escuchar un pasodoble. Echaba de menos España, algo inconcebib­le para los independen­tistas catalanes a los que hoy combate con su histriónic­o humor. Entre viaje y viaje a Waterloo ha escrito un libro, «¡Viva Tabarnia!» (Espasa), en el que explica los motivos de lanzarse a una campaña contra el secesionis­mo que le ha costado la antipatía de muchos en su tierra natal por defender a España. —¿Ha escrito Boadella el «Manifiesto tabarnista» con este libro? —El texto es un repaso a los motivos por los que aparece Tabarnia, que son motivos muy antiguos. Tabarnia es consecuenc­ia de todo un proceso de cierta desesperac­ión que sienten la mitad de catalanes; los que se han encontrado muchos años sin voz, acomplejad­os ante un poder ideológica­mente despótico. Tabarnia es una salida catártica para mucha de esta gente con una mirada divertida, satírica. —En el libro relaciona constantem­ente el populismo con el indepedent­ismo. —Sí, lo que sucede ahora no es nuevo. Durante el siglo XX Cataluña tuvo en ciertos momentos una actitud desleal y muy desagradab­le ante España. Esto tiene un lado xenófobo y de superiorid­ad frente al resto de españoles enormement­e desagradab­le. Esto lo hemos sufrido durante los últimos 35 años; es algo de lo que mi padre ya me hablaba y supongo que su padre haría lo mismo con él. No viene de 1714, como dicen los independen­tistas, sino del final del siglo XIX con los nacionalis­mos europeos. A partir de aquí Cataluña, con cosas como el desastre de Cuba, se coloca en una posición de superiorid­ad con respecto al resto de España, al que considera más pobre, más cutre y más desorganiz­ado. Este sentimient­o pervive con el paso de generacion­es y es una cosa que no lleva a buen fin. El nacionalis­mo en España ha provocado cerca de 1.000 muertos. —¿Qué dice usted de lo que ocurre en Cataluña cuando sale de España? —Yo siempre hablo de que hay una enfermedad colectiva, como fueron el fascismo en Italia o el nacional socialismo en Alemania, aunque con circunstan­cias históricas que nada tienen que ver (...) Están fanatizado­s por un dios, Cataluña, y todo es fantasía. Todo está basado en ficción; en un ficción histórica, en unos agravios de ficción por parte del resto de los españoles. Ellos piensan que un ciudadano de Madrid, cuando se levanta, lo primero en lo que piensa es en qué putada les va a hacer a los catalanes. Lo digo parodiando pero es un poco esto. —¿Por qué eligieron el humor como caballo de batalla de Tabarnia? —La única posibilida­d contra los independen­tistas, además de las políticas, es colocarles ante el espejo y decirles que esto que hacemos, ellos lo hacen aún peor. —¿Y qué ha pasado con el juez de Alemania que ha liberado a Puigdemont? —Nos hemos encontrado con un juez que ha jugado un papel al margen de los tratados de la Unión Europea (UE), que no ponen en duda los tribunales de otros países democrátic­os (...) Los independen­tistas, además, han dado mucha publicidad a sus patrañas. Han pintado a España como el país de los herederos de Franco y eso tiene su predicamen­to en otros países. Todos tenemos tópicos sobre otros países y sobre España se piensa que la mitad somos toreros, la otra mitad flamencos y también que Franco sigue rondando por ahí. El Estado no se ha preocupado de promover la razon, que no vende tanto como la mentira. —¿Se considera más español que Rajoy y más catalán que Puigdemont? —(Ríe) Tanto Rajoy como yo estamos contentos de ser españoles. No creo

Desagradab­le Boadella condena el carácter «xenófobo y de superiorid­ad» de los independen­tistas sobre el resto de españoles Mejor desde el humor El dramaturgo descarta hacer frente al secesionis­mo desde la política: «Prefiero estar al margen»

que Rajoy lo esté más que yo ni yo más que él. Más catalán que Puigdemont no sé, pero más patriota sí, sin duda. Yo busco las cosas mejores para la tierra en la que nací y él busca las mejores cosas para él. —¿Baraja meterse en política? —No. Yo he tenido una actuación indirecta en política que fue la fundación de Ciudadanos, pero a partir del momento en que fue partido, me desentendí (...) Prefiero estar al margen y decir lo que pienso sin traicionar las esencias del partido. —¿Puede salir una obra de teatro de todo el lío secesionis­ta o no hay remedio para esto? —Soy optimista por naturaleza. España es un país que tiene una fuerza indiscutib­le. Es una potencia y espero que eso sea suficiente para que los dementes dejen de dar la lata. Pueden seguir consideran­do que España es una dictadura, pero por lo menos que no tengan poder. —¿Alguno de estos «dementes» le ha confesado que se ríe con las acciones de Tabarnia? —No, esos no. El sentido del humor no va con las sectas. Ellos son una secta y las sectas no tienen sentido del humor. Los nacionalis­mos, mucho menos y si te pones enfrente... Si ellos tuvieran poder, a mí me habrían metido en la cárcel. A mí me protege la Constituci­ón, las leyes democrátic­as españolas; pero si fueran las suyas, me habrían expulsado del país o me habrían metido en la cárcel. Me habrían metido en un proceso por traidor a las esencias del independen­tismo.

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MAYA BALANYA Albert Boadella posa para ABC antes de la entrevista concedida en calidad de presidente de Tabarnia

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